Sectores: fenomenología de la vida social de un grupo de pacientes internados en un sector del Hospital Psiquiátrico de Santiago
tales formas, encontramos lo que bien puede llamarse un "contrato de protección'' 155 en que, aún cuando fuera en la forma de una retribución simbólica o ritual, el protector recibe una ganancia material evidente, por una parte; por la otra, el protegido, con toda seguridad, detenta un mayor status que su protector. En la pauta de relación que nos ocupa ahora, la situación es totalmente inversa y encuentra su correspondencia en la que Goffman llama la pauta del socorredor. "En el Hospital Central, como en casi todo establecimientopsiquiátrico, parecía haber una interesante variedad de compañerismo fraterno: la pauta del "socorredor". Un paciente, a quien los demás consideraban a menudo muy enfermo, solía encargarse por cuenta propia de ayudar regularmente a otro que, según las normas del personal, estaba más enfermo aún rjue él. El socorredor, vestía a su "compañero': le arma– ba y encendía los cigarrillos, lo protegía ocasionalmente para que no lo agredieran, lo guiaba a la cafetería, lo ayudaba a comer, etc. Si bien tales socorros no excedían, por lo general, el margen de los que estaban autorizados a recibir los pacientes, en ciertos casos no se los hubiera re– cibido tan completos sin el socorredor. Para el que observaba las cosas desde afuera, lo más interesante era el carácter unilateral de la relación: la persona socorrida no daba señal visible de correspondencia. Por lo demás, debido al relativo retraimiento de ambos participantes, el lapso intermedio entre determinados servicios no se llenaba con la interacción sociable del tipo habitual en las parejas de compañeros, aunque sobra– ban las oportunidades" 156 • En el sector, sin embargo, la relación de protección se caracteriza por cumplir notoriamente una función de ayuda económica, aun cuando podía satisfacer también otros tipos de necesidades: "Entre M . .. y N . .. existe una relación muy especial N . .. práctica– mente no posee ni la ropa que lleva puesta y M . . ., siendo uno de los miembros delgrupo de más alto status del sector, parece haberlo adopta– do; algunas veces le regala una que otraprenda de vestiry comparte con él casi todos sus alimentos (siempre se acuerda de guardarle algún pe– dacito), muy rara vez intercambian alguna palabra que no sea alguna indicación para N .. . de como hacer o comportarse. En ocasiones se tiene 155 E. Durkheim, Lecciones de Sociología. Buenos Aires: Schapire, 1966, pp. 160-205. 156 E. Goffman, op. cit., p. 276. 129
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