La estatura del derecho: igualdad, participación ciudadana y percepción de los medios en niños, niñas y adolescentes chilenos

2.6.3.- Interpretación y conclusiones Para lograr que el derecho a la participación social sea una realidad, es necesario constatar que los contextos de pobreza y exclusión -entendido el primero como carencia en la satisfacción de necesidades básicas y el segundo como la carencia del ejercicio de los derechos ciudadanos (incluidos los económicos, sociales y culturales)– no permiten que los niños, niñas y adolescentes participen en los asuntos que competen a su comunidad y que su propia supervivencia, o destino como persona, sea muy difícil de lograr. Alentar la formación de organizaciones de niños, niñas y adolescentes en escuelas y en la comunidad, es promover oportunidades para que analicen y discutan su propia situación con el objetivo de obtener propuestas para las autoridades en lo concerniente a sus necesidades y derechos. Bajo una perspectiva similar sería necesario mejorar la participación de los niños y niñas de diferentes edades, habilidades, orígenes territoriales y pertenencia étnica. Para ello, es fundamental utilizar los canales de expresión y participación disponibles, acentuando el compromiso que los medios de comunicación pueden emprender en esta tarea. En tal sentido, es necesario desarrollar programas que fomenten la asociatividad infantil, creando, por ejemplo, fondos concursables dirigidos a financiar iniciativas y proyectos propuesros por agrupaciones infantiles o adolescentes. La optimización de! funcionamiento de los Consejos Escolares debiera generar mejores condiciones institucionales para e! buen rendimiento académico de sus alumnos y, sobre todo, esta nueva modalidad de organización de la vida escolar contribuiría a desarrollar en profesores y profesoras competencias para la formación ciudadana de sus alumnos y alumnas, a partir de una práctica concreta y cotidiana. Sin embargo, como se trata de un modelo orientado a la integración, la participación y la representatividad de la comunidad escolar de la Enseñanza Media, seria necesario crear también mecanismos efectivos de participación escolar y comunitaria para los niños, niñas y familias pertenecientes a los niveles básico y preescolar. Sea cual sea la modalidad elegida, consideramos que la escuela es un espacio social privilegiado para desarrollar iniciativas que fomenten la participación infanto- juveniL A través de ella sería imprescindible incorporar contenidos orientados a promover el fl'$ptto y valoración de las distintas creencias religiosas y de 219

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