La estatura del derecho: igualdad, participación ciudadana y percepción de los medios en niños, niñas y adolescentes chilenos

trabajo agrícola, de pañoleros y fogoneros, y el examen médico obligatorio de menores de edad empleados a bordo de buques, respectivamente. Recientemente, el Gobierno ratificó nuevos acuerdos internacionales que delinean la política actual frente al trabajo infantil y adolescente. Especial importancia tiene el Convenio N° 138 de la OIT sobre la edad mínima de admisión al empleo (febrero de 1999) y el Convenio N° 182 de la OIT Ounio de 2000), con el que se adquiere el compromiso de adoptar medidas inmediatas y eficaces para conseguir la prohibición y la eliminación de las peores formas de trabajo infantil, con carácter de urgencia. Además, desde 1996, existe la Comisión de Erradicación del Trabajo Infantil, presidida por e! Ministerio de! Trabajo, la cual ha asumido la tarea de coordinar a escala nacional la formulación de un Plan de Prellención y Erradicación ProgTesiva del Trabajo Infantil y Adolescente en Chile, que forma parte de la Política Nacional de Infancia 2001-2010. Esta Comisión busca ser una herramienta para el diseño de acciones y programas coherentes, y que puedan mejorar la protección de los y las adolescentes que trabajan al amparo de la ley. Esto bajo la justificación de que e! trabajo infantil conlleva efectos negativos que se manifiestan en la interrupción de la escolaridad infantil, daños a la salud y alteraciones en el desarrollo y bienestar infanto- adolescente. En Chile, como en otras partes de! mundo, e! trabajo infantil y adolescente es una realidad que se puede explicar por la necesidad que tienen familias muy pobres de asegurar la subsistencia, ya la vez como una expresión de una situación de carencias y desigualdades más profundas que la simple falta de ingresos: desintegración de los hogares, abandono por parte de alguno de los padres, violencia intrafamiliar, etc. Sin embargo, el trabajo infantil no siempre es sinónimo de problema, siendo necesario aclarar que también hay otra realidad en la que niños, niñas y adolescentes apoyan a sus familias en las actividades productivas, o contribuyen a mejorar los ingresos familiares realizando un trabajo acorde con sus etapas de crecimiento, fonnación y desarrollo integral como personas con derechos específicos. Habitualmente, ello ocurre en condiciones de mayor armonía familiar, de protección, e incluso en determinados contextos se asocia al aprendizaje de un oficio que puede ser desempeñado a futuro (es el caso de gran parte de las actividades de índole productiva que se llevan 136

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