Salud mental y contrainstitución

vulnerable de Santiago. Dentro de una práctica particular, local, que permite considerarla una contrainstitución, porque se conforman y organizan de un modo distinto a como se estructura el Club Juvenil, instaurando una nueva modalidad de pensar la institución de origen. Lo anterior, observado en lo siguiente a tener en cuenta: la forma de surgimiento, la intencionalidad de sus actividades y por la forma de organización. Lo instituido mantiene una relación dialéctica con lo instituyente. En esta experiencia en particular, el grupo emergente fue un instituyente dentro del club juvenil para marcar una crítica y acción distinta a la instituida. En consideración del inicio de esta experiencia, conceptualizada como un "robo", es que este acto se define como un analizador natural del Club Juvenil Digna Rosa. Entendiendo por analizador natural, según plantea René Lourau, "aquellos acontecimientos aparentemente insignificantes que vienen a perturbar el proceso de objetivación (por tanto también de institucionalización)"J. En este sentido, este acto marca una resistencia al proceso de institucionali– zación pensando que ya llevaban un par de años de intervención como Club Juvenil, sin lograr incluir en actividades ni metodologías atractivas para cierto segmento de la población, como los llamados "polillitas". Lo anterior puede ser entendido en función de que esta institución se instala como una parte más dentro de la serie que involucra lógicas estatales en la que es referente el sistema escolar, de lo cual estos jóvenes habían desertado. Del mismo modo, las condiciones específicas de pensar esta experiencia como un analizador se establecen porque: primero, rompen con el compromiso del horario establecido a nivel del Club Juvenil, definiendo ellos nuevo uso de las horas y del espacio físico del lugar, tanto del club juvenil como las calles de la población; segundo, cuestiona y rompe con la verticalidad del poder en el sentido que son los jóvenes los que, al margen de la decisión institucional, buscan estrategias para aprender la técnica de los zancos y, por último, el grupo conformado en formas de funcionamiento horizontal y participativo, por ejem– plo, en lo que respecta al uso del dinero, permite la liberación de la palabra de todos sus miembros e indirectamente del resto de la comunidad. Del mismo modo, se rescata la segmentariedad y la transversalidad, comprendiendo, por una parte, la posibilidad de reagruparse dentro de un grupo "ideal" ya existente y, a su vez, el saber de la posibilidad de organizarse pasando de grupo objeto a un grupo sujeto. Lo anterior permite contribuir a fomentar una salud mental adecuada en los participantes. Es decir, es posibilitar una distancia con la institución de origen lo que permite intervenir de otro modo, es permitir la emergencia de las subjetividades puestas en juego, ya que posibilita una mayor correspondencia 3 R. Louran, Libertad de movimimtos. Una introducción al amílúis institucional. Buenos Aires: EUDEBA, 2001, p. 37. 88

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