Salud mental y contrainstitución
no fragmentario, descontextualizado-- por un lado, yen cuanto a la relación como señalábamos con el entorno en esa discursividad. "La medicina está en tojos lados, sólo hay que saber escuchar!'l4. El (la) Machi o en especial el (la) lawentuch~fe especialista en plantas medicinales elaboran medicinas en función de distintos males y de cada paciente, en donde la idea no es aplacar el síntoma sino compensar el desequilibrio en la comunidad y en el individuo. El supuesto es que el sujeto se ha despreocupado, no ha prevenido y por eso ha enfermado. La delegación transferencial de la cura no es total, el mapuche paciente sigue conservando su propio saber en torno a lo medicinal. Los mapuche se organizan en comunidades o lof Cada lof tiene su médico y/o machi; éstos tienen una pertenencia y un prestigio que cabría diferenciar de poder (poder no es 10 mismo que prestigio). Si el machi o cualquier otro miembro de la colectividad pretende arrojarse el predominio del poder por sobre e! resto es severamente censurado. El prestigio es e! respeto y la consideración hacia la labor del agente de salud y no implica una obediencia ciega a sus designios, no se espera eso. El mapuche desde temprana edad es instado a decidir, a optar según su propio gusto o tendencia; la autonomía en términos de libertad, de no sometimiento al otro adulto es importante. El mapuche desde su discursividad se situará de igual a igual con la machi, si bien respetará y alabará su prestigio, pero no más que eso. El mapuche será su propio médico; el machi o el/awentuch~fe facilitará ese proceso. Por eso afirmamos que cuando las prácticas de la medicina mapuche son realizadas siendo consistentes con e! orden y la estructura de su origen milenario, se constituyen en contrainstitución al ofrecer un modelo alternativo al del Estado-Nación. Si bien es cierto que existe variabilidad en esto, si hablamos de medicina mapuche propiamente tal, ésta tiene intrínsecas en su definición nociones que van contra un ordenamiento central del poder, y contra una división– separación en las dimensiones tradicionalmente instituidas por las Sociedades– Estado. Implica de manera necesaria una lógica diametralmente distinta que sitúa al sujeto en relación con todos y con todo (principio de relacionalidad), una dualidad complementaria o matriz tetralógica (todo se ve en dimensiones de a cuatro), según un vivencial simbólico, es decir, a través de mitos fundan tes en un suceder cotidiano, y en una reciprocidad en donde lo primero es dar y el saber es siempre en tanto construcción colectiva. Intentando dar otro ejemplo de la riqueza de esta medicina, citaré algunos extractos de la entrevistada a la Lawuentuchefe l'vIaría Qyiñe!en, quien nos ilustrará sobre la concepción de lo humano, en específico la noción de! cuerpo. Adelantemos que este último estaría constituido por la misma materia de la tierra (agua, vegetales y minerales), asociándose a ello algunos órganos del cuerpo 14 Entrevista personal con María QIiñelen, 9 de diciembre de 2009. 77
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