Salud mental y contrainstitución

La modernidad vio nacer el mundo infantil y con ello a la escuela como institución específica para formar y educar al niño más allá de la vida familiar, demarcando los límites entre infancia y adultez, construyendo un discurso pedagógico y un saber en torno al aprendizaje y por qué no decir saber en torno a un niño. El niño se va instituyendo en función a la escuela, la cual va cercando su cuerpo, sus interacciones, la satisfacción inmediata de sus deseos y/o necesidades; por lo tanto, su quehacer como niño. Tanto los niños como los padres comienzan a encaminar sus necesidades hacia un ideal, a lo que se espera de ellos, privilegian– do el éxito escolar. Es así que diariamente vemos en la clínica a niños derivados por la profesora y padres angustiados frente a su hijo que no logra acceder al ideal escolar como consecuencia de la urgencia en la adquisición de los aprendizajes. El tiempo se encuentra delimitado a los parámetros cronológicos, sin dejar espacios a los niños para la construcción de sus propios enigmas y así poder lanzarse a la conquista de las posibles respuestas que van construyendo. La escuela y el discurso que circula en torno a un alumno van orientando el mapa de las conquistas que ya no pertenecen al niño, sino que a la institución, quienes saben qué es lo necesita un niño acorde a su edad cronológica. Lo anterior deja entrever que otras prácticas que no acompañan el discurso pedagógico son sospechosas e invalidadas. La educación y el niño fuera de la escuela es difícil de pensar y sostener. De una manera insistente surge la pregunta sobre qué implica enseñar en un taller de circo dentro de una institución escolar, cómo esta compañía se posiciona frente a la educación tradicional -que por cierto portan en su propia historia escolar- para desarrollar un espacio de transmisión de su quehacer circense y de producción lúdica. La propuesta de trabajo de 4sociales fue dirigida a niños y niñas entre 11 a 13 años, siendo derivados aquellos niños que dan cuenta de la diferencia en el acceso al aprendizaje, por factores cognitivos y/o disciplinarios -es decir, niños conflictivos-o "Los prefisores pensaban que era un taller de juego con las pelotitas, desligándose de los alumnos más complicados en su disciplina, sin esperar nada más de elfos"2. En un inicio el taller de circo sólo poseía sentido en torno a la recreación y como zona de desalojo de aquellos que perturbaban el equilibrio en la sala de clases. Lo anterior pone en relieve el problema de la estandarización en la educación actual, aquello que se sale de la norma se torna conflictivo y un problema para el profesor a cargo de una clase, considerando que su propuesta de trabajo tiene que ser recibida en forma igualitaria para todos los alumnos. Por 10 tanto, el taller de circo se transformó en un lugar de desalojo de niños conflictivos, reconocidos desde la institución en este lugar, mostrándose de la misma manera en el taller. Los coordinadores relatan lo difícil que fue para ellos 2 Declaraciones Compañía de Artes Circenses 4sociales.2009. 61

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