Salud mental y contrainstitución
tiroteos en ese espacio, e implementar sistemas de turnos de niños que sacan las banderas y mamás que las guardan. Otra propuesta también surgida desde los mismos niños, niñas y jóvenes de La Legua fue concientizar a las familias de que deseaban una verdadera noche de navidad, es decir, tranquila, sin balazos. Los niños hicieron un puerta a puerta y pintaron las calles exigiendo una noche de paz, sensibilizando de este modo a sus propios hogares. La intervención de La Caleta se orienta a incorporar la dimensión política como algo necesario y con sentido para obtener un impacto a largo plazo, enseñando que las situaciones pueden cambiarse, siendo una de las apuestas principales el dirigir actores sociales y vehiculizar las demandas, haciendo circular la palabra, dando voz a la comunidad, especialmente a sus niños, niñas y adolescentes. Como se puede observar, los horizontes de trabajo de La Corporación La Caleta son en sí mismos contrainstitucionales, pues no apuntan a reproducir y someterse al discurso estatal homogeneizador 6 , sino que enfatizan la organización social de la comunidad y la propuesta de acciones que permitan resituar sus necesidades, deseos y derechos, potenciando la capacidad de los intervinientes. En este sentido, La Caleta realiza una labor fundamentada en impulsar el poder desde la sociedad para modificar el orden instituido. Además, esta Corporación es una propuesta contrainstitucional puesto que está en continua reflexión de sus procesos de intervención, utilizando la creatividad para la construcción de sentidos colectivos basados en un modelo de sociedad democrática. Por ello, no se cadeviriza su ideal institucional, sino que se recrea continuamente, logrando permanecer como instituyente 7 • La violencia armada representa un analizador natural, al señalar un aspecto de la realidad sin intervención del pensamiento consciente'. Las balaceras muestran una desvinculación descarnada con el otro social. La violencia como puro acto no está mediada por la palabra, hay imposibilidad de intercambio simbólico, el otro no es subjetivado sino reducido a la posición de objeto, destruyendo el tejido social. La Corporación La Caleta, a través de su modelo de intervención, se posicio– na como analizador, ayudando a la comunidad a descomponer y desenmascarar algunos sentidos ocultos de su realidad, y lo hace mediante evaluaciones y devoluciones de una manera organizada y colectiva. Así lo demuestran, por ejemplo, la restauración de la sede y la campaña "La Yungay re-acciona por los derechos", ambos analizadores construidos que revelan un deseo de cambio de la comunidad. 6 R. Lourau, El Estado y el inconsciente, Barcelona: Kairós, 1978. 7 R. Lourau, El análisis ímtituriona/. Buenos Aires: Amorrorru, 1970. 8 G. Lapassade, El analizador y el analista. Barcelona: Gedisa, 1979, 56
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