Salud mental y contrainstitución

A partir de 10 recién expuesto, se puede decir que la Barra Brava como grupo ha presentado a 10 largo de su historia siempre un proyecto más o menos implícito, que en definitiva busca cuestionar, criticar y denunciar, a partir de la adhesión y la identificación colectiva hacia 10 representado por un determinado equipo de rutbol, el accionar de las instituciones oficiales. Dado aquello, me parece que el discurso que surge en la Barra Brava es un discurso aglutinante a partir del rasgo común de la exclusión. Si bien es difícil pensar a la Barra Brava como un grupo homogéneo, considerando que los sujetos que participan en ella presentan variadas características sociodemográficas entre sí, las personas que participan activamente de la Barra Brava se identifican a partir del rasgo de la exclusión respecto del discurso de las distintas instituciones que articulan el entramado social chileno. Así, y tal como 10 plantea Recasens, muchos de los participantes de la Barra Brava provienen del típico contexto de marginalidad urbana moderna, en donde observamos sujetos que, ya sea por su origen social (geográfico incluso) o su rango etario, no entran en aquellos discursos institucionalizados que articulan en mayor o menor medida 10 social (por ejemplo, en el discurso del mercado o de los medios de comunicación), o bien, si lo hacen, 10 hacen en tanto "resto", es decir, como aquello que se debe "combatir" (delincuencia en el discurso jurídico) o "erradicar" (pobreza en el discurso institucional público). Así entonces creo que es justamente el rasgo común de la exclusión el que genera un discurso en la Barra Brava y permite, paradójicamente, la inclusión de dichos sujetos en el entramado social, por medio de la cohesión de sus miembros a partir de dicho rasgo, 10 que les permite ocupar un lugar simbólico respecto del Otro social (medios de comunicación, mercado, orden jurídico, etc.) y, por ejemplo, hacer explícita su disconformidad respecto a 10 instituido en lugares de alta convocatoria pública, como lo son los estadios de fútbol. Ahora bien, me parece que es posible pensar que los ideales y, por ende, las identificaciones posibles que entrega el discurso de la Barra Brava a sus miembros, al girar en torno a 10 excluido, presentarían una complejidad particular. Podríamos decir que dichos sujetos ocupan un lugar en 10 simbólico social, sólo en tanto se mantengan más o menos identificados al lugar de la exclusión, no ya como resto, sino como lugar genuinamente adquirido en el Otro, es decir, como un lugar que los incluye "por derecho" en el discurso social. Así, los ideales promovidos por el discurso de la Barra Brava tienden a mantener esta condición generando vías de acción, más o menos elaboradas (desde actos de violencia, generación de códigos de lenguaje propios, vías alternativas de educación y cultura, formas de autosustentación, etc.), que buscan sostener la idea del sujeto excluido. Podríamos pensar que justamente, al pasar la Barra Brava a ocupar un lugar en el Otro social, a partir del lugar de la exclusión como un lugar "aceptado por derecho" aquellas instituciones que sustentan dicho discurso comienzan a buscar la inclusión de la Barra Brava dentro de sus discursos, por ejemplo, al incluir ciertos códigos propios en campañas publicitarias, o al generar políticas públicas que buscan integrar a sus miembros en el mercado laboral 31

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