Salud mental y contrainstitución
combatidas por 10 institucional, es decir, por quienes puntúan la violencia de las Barras Bravas, que son justamente las instituciones antes citadas. Por otra parte, podemos pensar también la existencia de ciertos modos de acción contrainstitucional incipientes, que en cierta medida buscarían movilizar a sus adherentes a partir de la propuesta de maneras de hacer alternativas al discurso de las instituciones. Son justamente estas accíones, que surgen a partir del discurso colectivo de cíertos sectores de la Barra Brava, que en cíerta medida se expresan en los cánticos y lienzos desplegados en los estadios, las que instalan una práctica en donde existe una crítica explícita basada en una utopía común hacia lo institucional y que plantea una vía específica de accíón que busca generar una alternativa; una alternativa que sea factible de llevar a cabo por los propios miembros de la Barra sin tener que recurrir a otros sectores de la sociedad para poder ser realizada. Es este accionar, aún muy incipiente en su organización, en su influencia al interior del discurso de la Barra y también en la elaboración como discurso a la base; elementos que confluyen en que muchas de estas propuestas no perduren en el tiempo y terminen siendo absorbidas en el discurso más bien inmovilizante de la Barra. Ejemplos de 10 anterior pueden ser ciertos grupos contraculturales ligados a la Garra Blanca, en donde se aprecía una propuesta de acción basada en discursos más o menos elaborados, que, por ejemplo, mediante la música (hip hop), el arte (grupos de graffitteros) o incluso la generación de vías de autosustentación económica (grupos de ayuda social) buscarían, junto con un forma de expresión que rebasa el accionar de la Barra en sí misma, un accionar concreto que se propone como vía alternativa a los modos de acción propuestos por lo instituido (modelo educacional, económico o cultural). Tenemos entonces, por parte de las Barras Bravas, modos de acción cualitativamente distintos que a partir de diversos medios buscarían reaccionar frente a las instituciones oficiales y que nos permiten plantearnos la interrogante respecto de si es posible pensar a la Barra Brava como una contrainstitución. No obstante 10 anterior, me parece que efectivamente existe un accionar consistentemente violento, que podríamos decir "a dos vías", tanto de la Barra hacia lo instituido como de lo instituido hacia la Barra, que en cierta medida perpetúa, por un lado, aquello que justamente la Barra denuncia (la exclusión, la marginalidad y, en definitiva, la falta de oportunidades que entrega lo instituido), y, por otro, la visión y la imagen creada por 10 instituido, respecto de la Barra Brava (un grupo vandálico, delincuente y violento). Subjetividad a la base Considerando e! desarrollo propuesto a 10 largo de! presente trabajo, quisiera ahora detenerme en torno al discurso que surge a partir del lazo social que se establece entre los integrantes de la Barra Brava, y que permite ir precisando algunas identificaciones que determinan la subjetividad de sus miembros. 30
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=