Salud mental y contrainstitución

difícil el empadronamiento de sus miembros, lo que les permitiría mantener un férreo control de sus integrantes. Un cuarto y último punto que quisiera analizar es el uso de la violencia en las Barras Bravas. Como primer nivel de análisis debiésemos preguntarnos, ¿qué vamos a entender por violencia? Esta pregunta no resulta trivial, pues la 'violencia siempre implica el juicio de un otro, es decir, el hecho de considerar a alguien o algo violento implica que hay un otro que puntúa de esa forma a ese alguien o a ese algo. De esta manera, para considerar la violencia que aparece en el actuar de las Barras Bravas, tenemos que pensar quién puntúa como violento el actuar de las Barras, y no entender la violencia o lo violento como una especie de valor en sí mismo. Dado lo anterior, resulta interesante pensar que quienes puntúan el accionar de la Barra Brava como violento, son principalmente los medios de comunicación, las fuerzas de orden público y las instituciones estatales. Además, esta punh¡ación de un acto como violento se refiere, a mi parecer, a cualquier acción realizada por la Barra Brava que busque la desestabilización de dichas instituciones, mediante acciones que busquen criticarlas, cuestionarlas o bien demostrar disconformidad hacia ellas, en formas más o menos explícitas. Es ahí cuando las instituciones se sienten violentadas, respondiendo a su vez violentamente. Creo que, por ejemplo, cuando en los medios de comunicación se rotula y cataloga a una Barra Brava como un grupo con fines vandálicos, cuando se rotula a sus miembros sin discriminación alguna, como "Iumpen" y, en definitiva, cuando se predispone en forma negativa a la sociedad, mediante juicios de valor peyorativos respecto a la Barra Brava, se está cometiendo también un acto de violencia. En este sentido, el uso indiscriminado de la fuerza que realiza la policía hacia la Barra Brava en ciertos eventos deportivos, y que en general no aparece en los medios de comunicación; o la prohibición indiscriminada de acceso al estadio por parte de los dirigentes hacia las Barras Bravas en situaciones específicas; o también el rótulo peyorativo y la no información de dichas situaciones de abuso por parte de los medios de comunicación, es en sí un hecho de "violencia" hacia la Barra Brava, quizás igual o más grave que aquellos hechos de violencia denunciados por las instituciones, pues no tiene posibilidad alguna de ser denunciada por la Barra, salvo a través de sus cánticos y lienzos, que son infinitamente menos influyentes a nivel social que la influencia de los medios de comunicación. Ahora bien, considero importante pensar que aquello que en fi)rma habiwal se puntúa como violento no necesariamente corresponde a los modos de acción antiinstitucionales que se observan en la Barra Brava. Así, tenemos por un lado un modo de acción no institucional que está dado por todas aquellas acciones efectuadas por las Barras Bravas que están fiJera del orden jurídico chileno, entre las que se cuentan el vandalismo, los asaltos, las agresiones físicas a terceros y los ataques contra la propiedad pública r privada, ya sea dentro y hIera de los estadios de fUtbo!' Son justamente estas acciones, aquellas que son fuertemente 29

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