Salud mental y contrainstitución

operante en el grupo que permite que aquello instituyente, es decir, lo que más arriba planteamos como la causa o el proyecto común, se mantenga con ciertos matices, desde el origen del grupo hasta el día de hoy. Y no es menor pensarlo así, si consideramos cuál es aquel proyecto que se mantiene casi inalterable desde la creación de estos grupos: un proyecto que, en base al apoyo y la identificación que genera la adhesión a un equipo de fUtbol, critica y cuestiona abiertamente lo instituido (los medios de comunicación, la policía, la política, el Estado entre otros), mediante cánticos, lienzos o actos de violencia. Ahora bien, ¿cuáles son aquellas normativas implícitas que mantienen vivo el proyecto del grupo desde sus inicios hasta hoy? Recasens plantea algunos elementos a considerar, que nos permiten pensar respecto a dichas normativas. En primer lugar, se destaca el lugar que ocupa el "Bombo". El autor señala: "El Bombo es el que ubica a los 'barristas' sohre lo que hay que hacer durante el desarrollo de un partido. Sin él no hay coordinación, pues con él se ordenan las acciones: cuándo comenzar los cantos y gritos, cuándo cambiar de canto, cuándo saltar"'. Tenemos entonces un primer elemento que actúa al modo de un aglutinador respecto al accionar colectivo del grupo, permitiendo mediante el mantenimiento de un ritmo que el grupo se mantenga cohesionado en torno a la expresión de cánticos y saltos. Es este ritmo que va variando a lo largo de los distintos pasajes del partido, el elemento que entrega la pauta para que el grupo actúe en forma conjunta, y que no implica algún tipo de orden explícita por parte de algún superior. Un segundo elemento clave a la hora de analizar a la Barra Brava es el uso de lienzos, grafitis, cánticos y saltos específicos. Son estos los medios de expresión principales que ocupa la Barra Brava para hacer explícito el proyecto común que los une, que a partir de la adhesión a un determinado equipo de fUtbol les permite a sus integrantes ocupar un lugar en el entramado social, y de esta manera transformarse en analizadores naturales de 10 instituido. Para entender esta idea, debemos considerar que, de acuerdo a lo planteado por Recasens en relación a la composición demográfica de una Barra Brava, la amplia mayoría de sus integrantes provienen de contextos de marginalidad y exclusión social, esto quiere decir, contextos y grupos sociales que han sido sistemáticamente excluidos de todo tipo de discursos provenientes de las instituciones. Discursos que, ya sea explícita o implícitamente, niegan la existencia y las necesidades de dichos grupos (que por motivos económicos, étnicos u otros, no resultan interesantes para las instiruciones), que, a su vez, se ven inmersos en una imposibilidad de ver sus demandas y necesidades representadas y atendidas por dichas instituciones. Así, se tiende a generar un circulo vicioso en el cual las instituciones no se interesan por incluir en sus discursos a dichos grupos, ya su vez, estos grupos se excluyen al no sentirse representados por las instituciones. 5 A. Recasens, op. cit., p. 40. 27

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