Salud mental y contrainstitución

Reflexiones finales Okupar es una forma de lazo social, una forma de organización colectiva que nos hace pensar en efectos subjetivos. Hay una excitación de estar en el margen, al borde de lo jurídico, de lo legal; una zona o un límite desde el cual se puede decir y construir una particular forma de organización. Es una zona desde donde se puede provocar al Estado y a la vez demostrarle que es posible vivir de otra manera, enrostrarle su fracaso y el éxito de okupar. Okupar consiste en la subversión simbólica asociada al valor de cambio; la restitución revolucionaria del valor de uso. De un modelo industrializado en el que el producto es enajenado, a formas de reapropiación del trabajo, como podría ser la producción artística (muchas de las casas okupas son centros culturales). Aquí se podría decir que el que se okupa es el okupa, en términos de que en el acto de crear se produce a sí mismo. En este sentido, la okupación, en la medida que es la introducción de una diferencia en la dinámica del poder, se constituye en la creación de un hecho en la historia. La okupación se realiza en un margen, en un no querer o no poder participar del modo oficial de vida, como lo es, por ejemplo, el acceso legal a una propiedad o un trabajo asalariado. En el okupar hay un desplazamiento desde un lugar asignado por medio de una transformación subversiva que implica una reubicación en un lugar nuevo. Este nuevo lugar se puede asociar a una organización colectiva y la pertenencia grupal como generador de identidad, o a una salida activa y creativa en las que se produce una reapropiación del acto y por lo tanto la liberación de un espacio subjetivo. 23

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