Salud mental y contrainstitución
Cada vez que los okupas abren casas abandonadas, liberan un espacio. Lo que sucede por ejemplo con el "Centro de Investigación Escénika Akí", donde se habita un espacio social que carga consigo parte de la historia política de nuestro país; un símbolo de la represión. Por su parte, "La Cañería" también okupa un lugar que se intenta mantener clandestino y lejos de la mirada social, en tanto representa el comercio sexual que se encuentra por fuera de la ley. En el mismo acto de okupación de una casa de tortura por un centro cultural aparece el poder del Estado y la subversión simbólica del lugar. La diferencia simbólica que introduce la okupación en ese espacio es de naturaleza subversiva: no es sólo una transformación sino que por la vía de la contraposición el efecto es evidenciar el poder allí donde estaba invisible (efecto similar al del mohicano en una cabeza rapada o de la forma en que combinan la ropa militar los punks). Es esta oposición la que le da su carácter de contrainstitución, donde aparece el rechazo al sistema político, institucional, económico y a sus fuentes de poder. Los okupas son "analizadores sociales" en tanto develan la ineficacia del Estado, efectúan un análisis y permiten revelar la estructura de la institución estatal. Como dice Lapassade, "Las contrainstituciones son la imagen invertida y negativa de la sociedad existente. Dejan al desnudo las instituciones represivas de esta última"lO. Lo que implica la ocupación es que permite la reconsideración del uso original de ese lugar, es más que tomar un espacio, es resignif1car1o visiblemente, se trata de una resignif1cación en lo social llevada a sus extremos. Se hace visible lo que estaba invisible, se crea algo nuevo pero se mantiene la referencia original. Es poner de otra manera una circulación simbólica por vía de la transformación; el lugar empieza a ser una referencia a través de su nueva inscripción. Los okupas confrontan relaciones sociales instituidas y las nuevas planteadas y llevadas a cabo por ellos en la liberación y reapropiación de espacios privados abandonados. Los espacios okupados son reconstruidos en su habitabilidad y sobre todo en su "actividad"; se rescatan espacios inútiles para convertirlos en espacios vivos, llenos de arte y cultura autogestionada. Se rompe el estatus de propiedad privada, llevándolo hacia el de espacio de uso público. Hay un acto de okupación del cuerpo en este espacio mediante la danza, el teatro, malabares, etc. Hay una apropiación social sobre un espacio que a nivel privado no aporta en nada, pero que abierto a actividades públicas puede enriquecer a la comunidad. Es una manera de construir distintas formas de enseñanza, de cotidianidad, de subsistencia, es decir, una forma distinta de vivir y no de "sobrevivir" en el sistema de libre mercado. 10 G. Lapassade, El analizador y el analista. Barcelona: Gedísa, 1979, p. 28. 22
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