Santiago en el tercer cuarto del S.XX: el transporte metropolitano en Chile, realizaciones de metro y vialidad urbana

firmas con1rotis1os, 200 firmas sub-con1rotis1os y mós de 300 induslrios y firmas proveedoras principales, 1on10 chilenos como francesas y de olros poises. Todos estos empresas, sus direc1ivos y su personal, salvo contados excepciones. 1uv1eron un desempeño destocado y de gran eficiencia. Especial mención merecen, sin embargo, los ant iguos con1ratislas chilenos del Meuo y de Vialidad Urbano que creyeron desde un principio en los piones y aseguraron su éx110. Entre ellos se cuentan espec1olmen- 1e Sergio Torre1i, Raúl Devés, Klaus Loewe, Jorge Cloro, Fernando Baccareua, Hugo Yaconi, Gdberlo Hartley, Fernando Tocorno 1, Ramón Aboities, ele. En lo que a es1udio y proyectos se refiere, se contó tonto en Chile como en Francia, con un conjunto de mós de 1.500 profesionales de todas las especialidades y de inmejorable n ivel. No es posible dejar de mencionar enlre los chilenos, o los enligues y valiosos 1ngen1eros de las firmas CADE e t.D.P., beses fundamenta l es del éxito del desarrollo de los proyectos del Metro de Santiago: Eduardo Arriogodo, Loutoro Córcamo, Guslavo Arriogado. Emilio Collard. ele., como 1ambién ol entusiasla y esforzado Ingeniero, Anlonio de Gavardo, cuya firmo estuvo o cargo de los levonlamienlos oerofotogramétricos y de los 1rozodos. En lo referente o los Directores, Ingenieros y Técnicos franceses, lento los pertenecientes a la Sociedad Francesa de Estudios de Transporte Urbano (SOFRETU} y al Metro de París (RATP}, como los de las firmas e indus1rias proveedoras, como los de las i nslltuciones de gobierno y de los bancos, podemos deslacar su col idod, preparación y dedicación exiraordinarias, siendo su esfuerzo conjunto otro de los pilares fundamentales del éxito del Plan Regulador de Transporte Me1ropoli1ono y del proyecto y construcción del Melro de Sonliogo. Des1ocoremos enlre iodos eslos profesionales. al Ingeniero Georges Derou ex D1rec1or General del Melro de París y Director General de SOFRETU, que con capacidad, d i namismo y empuje, adminislró lo tolo l pariicipación francesa enlre los difíciles años 1970 y 1975. N..os no podemos olvidar que si bien hubo valiosos y brillonles colaboradores, hubo 1ombién excepciones. Uno gran maso de profesionales y funcionarios porl i cipó enlregóndose sólo normalmenle, sin mayores sacrificios dentro de un esquema de lrobajo inlenso, pero esperado. Por 01ro porte, un pequeño pero insidioso, opaco y obscuro grupo de personas de diferen1es niveles, ómbitos y profesiones hicieron lodo lo posible, por diversos rozones, paro evilor por iodos los medios el éxi to de los acciones emprendidos. No recordaremos los nombres de es1os últimos y esperamos que el olvido cubro sus deleznables 1n1ervenciones y negolivos participaciones que, por lo demós, hicieron mós valiosos nueslras experiencias y dieron mós fuerzo o nueslro acción. Ellos siempre han exislido en lo his1orio y seguirón es1ando presente en el fu1uro, omporóndose mu1uomen1e poro sobrevivir. Las grandes y vilales necesidades de lo comunidad y los mós sanos y puros obje1ivos sociales son a menudo uti lizados paro sa1isfacer mezquinas ambiciones y afanes de l ucro, no lrepidóndose en usar las palabras y los ocios del bien poro hacer el mal, amparando folsomen1e esos acciones bajo las lradiclones mós nobles del pois y 1ergiversando documenlos, principios y verdades con el objeto de lograr esos lamenlobles propósitos.

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