Tópicos de odontología integral
T ór1co s DI! ODONTOLOGÍA INTU:ltAL La aplicación de toxina botulínica suele asociarse con una mayor disminución en la sintomatología dolorosa en comparación con la inyección de placebo. Nixford (2002) estudió a mujeres con dolor crónico moderado a severo en músculos ma– seteros y temporales, no encontrando diferencias significativas en la disminución de la sintomatología dolorosa entre el grupo experimental y control, restando res– paldo al uso de toxina botulínica para estos casos. En los estudios experimentales existentes (tabla) se aprecia una tendencia a presentar una muestra con un bajo número de individuos que determinan, indudablemente, una menor validez de los resultados obtenidos. La sensación dolorosa es una experiencia compleja en donde convergen distintos aspectos independientes del daño tisular local existente. Al analizar la selección e inclusión de sujetos en diversos estudios se manifiesta una baja preocupación por analizar los aspectos psicoconductuales que podrían asociarse con el dolor un. Los resultados negativos de Nixford < 16 > en la evaluación de mujeres con dolor cróni– co moderado a severo podrían ir más allá de la existencia o no de eficacia de la toxina botulínica A, pudiendo haber un compromiso en los niveles de depresión y somatización de las pacientes que en ninguna instancia fue evaluado. De igual forma, Yon Lindern < 11 > incluye en su estudio pacientes refractarios a las "terapias convencionales" sin presentar detalles de dichos tratamientos ni la posibles causas de fracaso en dichos procedimientos. De igual manera, detalles relacionados con el análisis de la postura craneocervical y enfermedades sistémicas concomitantes no son presentados. La aplicación de toxina botulínica genera una denervación funcional que se obser– va por un lapso de 6 semanas a 6 meses después de la inyección, durando en pro– medio 3 a 4 meses < 9l _ La investigación de su efecco en el dolor miofascial debe ne– cesariamente considerar diversos periodos de evaluación, siendo, la sola evaluación a las 4 semanas, insuficiente. Cabe recordar que la sintomatología correpondiente a dolor miofascial es cíclica; la observación en un lapso de tiempo mayor permitiría abarcar los puntos más altos y más bajos en cuanto a la intensidad del dolor, pre– sentando, así, un escenario más completo de la acción de la toxina en este cuadro patológico. La aplicación de distintas dosis en diferentes sitios a nivel muscular, pareciera indicar la tendencia, totalmente lógica, por parte de los investigadores, de propender a infiltrar sólo los puntos en que el paciente manifiesta dolor, una dosis de 100 MU por sesión, a dividir en los puntos dolorosos de los diferentes músculos masticatorios, pareciera ser la indicada. Cabe destacar la escasa información que se 312
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