Palabra dicha: estudios sobre género, identidades, mestizaje
Digresiones sobre igualdad, multiplicidad y diferencia Realizadas estas consideraciones deseamos abrir algw1as interrogantes en relación a la "igualdad de oportunidades" de las mujeres en nuestro país y la matriz donde se anida. Por un lado, surge la cuestión del contexto social y económico donde se propicia esta igualdad: ¿se trata de lograr una igualdad en un proyecto de sociedad de libre mercado? Es decir en una sociedad, que como diceMax Weber, " ...no repara más que en la cosa, no en la persona, (y que) no conoce ninguna obligación de fraternidad ni de piedad..." 1 • Sin duda, la respuesta a esta pregunta es clave, pues ella situará el horizonte de la igualdad propuesta. Una segunda interrogante es en relación al concepto de mujer al que se apela, ¿es uno reducido sólo al semblante femenino, o entiende que su rostro está atravesado por diferencias de clase, de etnia, de edad?En este sentido, la igualdadde oportunidades debería necesariamente serpensada desde una perspectivade género, para considerarlas especificidades y los 1núltiples posicionamientos que de allí emergen.Este punto me parece de gran relevancia, toda vez que la historia demuestra que la reducción de las identidades lleva a la constitución de víctimas propiciatorias y éstas a los sacrificios. La historia de la humanidad está poblada de sucesos en donde las víctimas son irnnoladas en razón de una única condición, ya sea genérica -el caso de las brujas- o étnicas -el caso de los judíos y de muchos grupos indígenas. Por otra pa1te, la existencia del sacrificio -en tanto universal- interpela a la proposición de la igualdad, toda vez que é l aparecería -según René Girard- cuando en las sociedades hay crisis de indiferenciación, es decir cuando hay homogeneidad, indistinción entre las personas y sus atributos. En esas circunstancias el sacrificio (la n1uerte de alguien) restaw·a el orden, o inaugura uno nuevo. Así, parece importante, profundizar el concepto de igualdaden la diferen- cia, referido a las mujeres, las tninorías étnicas, las generaciones, las clases, etc. De este 1nodo, surge una terecera interrogante. La igualdad en la diferencia nos enfrenta a la difícil coinciliación de la tensión entre lo universal y lo particular, tensión que en plano de la política se torna aún más compleja. ¿Desde donde se puede establecer un paradigma de igualdad, si además deseamos respetar la diversidad de conductas humanas condicionadas por las particularidades culturales? Así, por ejemplo, si en nuestros países latinoamericano no se contemplan las diferencias étnicas y de clase ¿podrán las políticas públicas beneficiar igualitariamente a todos los sectores? Pensamos que, tal vez, una posible solución al desafio que impone el tema de la igualdad de oportunidades, radique en un cambio en la concepción de persona: una que la mire en tanto multiplicidad de atributos y cualidades, que no la constriña a una única diferencia, sino que la conciba como unhaz dematices, que larespete porque es vida. O comodice FranzHinkelammert 96
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