Palabra dicha: estudios sobre género, identidades, mestizaje

pero se dice en el lenguaje de la presencia: en ia foto en blanco y negro del desaparecido, del preso, fija en el pecho. Que la foto esté inscrita (incrustada) en el cuerpo femenino es el gesto de la denuncia 23 • A comienzos de la década de los 80, por su lado se asiste a unamasiva forma de resistencia contra el régimen militar. Se trata de una impugnación que retomará el estruendo de los utensilios domésticos, en sus inicios no en la calle sino en la casa. De cada hogar emergía ese sonido ina1ticulado, ese "argumento" fuera del lenguaje y, que, aunque de lamadre representaba a todos aquellos que se oponían a la dictadura. Así, los símbolos de lo doméstico irrumpieron como alegato político, los signos de la madre fueron uno de los lenguajes do1ninantes en una época endonde se habían roto los vínculos del •·contratociudadano y político". En la intimidad de cada casa opositora lo público y lo privado se conjuntaban ante la disyunción (la muerte por sobre la vida) que proponía la dictadura. Luego, los "caceroleos" fueron acompañados de banicadas en los barrios, de fogatas y protestas, de velas encendidas como recuerdo pern1anente de las muertes. Cada protesta, por supuesto, implicaba más muertes. Co1no en los ritos sacrificiales cada impugnación requería de una "ofrenda" que permitiera la continuidad de la vida 2 4 • Con todo, se generó una "rutina" de protestas domésticas, locales, barriales, que en conjunto interpelaban al orden militar. Paralelos a las movilizaciones de protestas y a las organizaciones de derechos humanos, otras acciones colectivas de mujeres surgieron en el período dictatorial. Nos referimos a las organizaciones populares que emergieron ya sea como fruto de las acciones de las Ong's fe1neninas, de la Iglesia Católica, del Movi1niento Feminista, de pa1tidos, espontáneamente, etc. Se trata de agregados que hicieron una "resistencia doméstica" -parafraseando a Arteaga- en los Comedores Infantiles, las Ollas Co1uunes, los Talleres Productivos, etc. Fuera de las evidentes connotaciones maternales de ellas -su orientación a solucionar los problemas de la subsistencia familiar- rescatan una manera de accionar política singular: "La soledad de lamujer busca solidaridad para enfrentarse a su confüctiva cotidianidad. Los tejidos organizados por las mujeres se estructuran horizontalmente a partir de una solidaridad que atraviesa las generaciones y las diferencias sociales; laj erarquía fascista, así como larepresión y laviolencia aparecen con el signo de lo 1uasculino y organizados verticalmente" 25 • Surgen así el Me1nch, el Momupo, Mudechi, Codem,entre otras organizaciones que presentan la singularidadde sercolectivos en donde se a1ualgama lo partidario, lo feminista, lo materno y la sobrevivencia 26 • Como se aprecia, estas organizaciones de "resistenciadoméstica" también están signadas por una ética 1uate1nal. Precisainente, ese tejido horizontal, fuera de las normas clásicas de las esttucturas pirainidaJes, está 1nás al lado del orden de la madre que del padre (entendido en nuestra especificidad cultural como un orden ausente de lo doméstico, de la casa, y presente en 84

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