Palabra dicha: estudios sobre género, identidades, mestizaje

"cristales" como diría Buxó. Así si un "malestar" emerge de la cultura mestiza podría encontrarse, tal vez, en el papel ambiguo, tremendo, fascinante y numinoso de LaMadre en tanto1nodelo sünbólico y concreto de la identidadde lasmujeres,y por cierto de los hombres. Enel casode Chile hen1os avanzado un poco tratando de elucidar cómo lo 1nascul ino se constituye en torno a la imagende la Madre Sola (la madre-soltera) detectando lo dramático que es tanto para los hombres como para las mujeres ese único referente de identidad familiar. Sin duda hay que avanzar en nuevas investigaciones que puedanayudara de linear cómo la identidadmasculina se esttuctura dentro de la cosmovisión 1nestiza del sacrificio de lo femenino como fuente del orden. El malestar al que aludíamos, desde nuestra óptica, proviene precisamente por el problemaque enunciáramos al comienzo: la reducción de las identidades a una sola de sus expresiones (y que como decíamos en el casode los judíos los convirtió en víctimas). De esta manera, si la culturadefine para lo femenino úiúcamente una identidad materna -o hace dominar el ser madre (es decir un cuerpo procreador) a otras identidades- se está encerrando al sujeto mujer en una unicidad que fác ilmente la puede llevar a consti tuirse en un clúvo expiatorio y por ello a debatfrse en el constante juego de ser transgresora, víctima sacrificial e imagen sagrada. Una pos ible superación de esta forma de definir las categorías del género femenino está en romper el círculo que hace, en nuestro territorios, de toda mujer una víctima. Ruptura que, creemos, se ancla no sólo en una crítica a la cultura 1nestiza que nombra así a lo femenino , sino que a las herramientas teóricas utilizadas para describir o "denunciar" la condición del género. Sí sólo atende1nos a la fase sacrificial del fenómeno de victimización tendernos a reproducir -pormímesis- aquello que el discurso social requiere para legitimar sus leyes. De esa manera, el propio análisis, reduce la identidad femenina latinoa1nericana a una pa1te de su constitución. Quizás, trabajar con el punto inicial de la trasgresión y torcer su necesaria resolución en el sacrificio podría ser una salida 20 • En otras palabras, la pregunta por ¿quién construye a las mujeres en víctimas? podría ayudar a despejar el camino teórico y práctico para lograr una superación del reduccionismo de las identidades de género. Reflexiones finales Este somero reco1Tido que hemos realizado por losposibles contornos de las identidades de género en América Latina,hace asomar una variedad de interrogaciones en distintos campos: en el teórico y metodológico, en el político, en el práctico cotidiano. Salta a la vista que es preciso hacer una conexión entre ese modelo universal de identidad de género (la Madre) que S6

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