Palabra dicha: estudios sobre género, identidades, mestizaje
emergeuno múltiple, atravesado por diversos atributos. Sujeto, asimismo, que se constituye eL1 la historia y por tanto, que adquiere su identidadenun ethos particular. Podríamos decir que de un concepto reduccionista se pasaa uno plw·al, a unhazde elementos que configuraránelrostro complejo y polimorfo de las mujeres y hombres que habitamos en el mundo. Entendido de este modo, el enfoque de género surge más con10 una exploración que una asunciónde rasgos oposiciones. Suponeuna permanente interrogacióna los estereotipos sobre lo que son las relaciones entre ho1nbres y 1nujeres, una constante puesta en escena de las diferencias y de los contenidosde ellas en la vida social. Exploraciónque conlleva, también, la necesidad de una doblemirada: laque desnuda los elementos simbólicos, sociales yeconómicos que consttuyen las relaciones de género enuna sociedad,y laquese desnuda a símisma, en tanto pupi.lacargada de los prejuiciosde supropio género, clase, edad oetnia. Esedoble movimiento se hace imprescindible para elucidar el "desde donde" y "el quien" habla en los discursos teóricos o políticos sobre el género. Breves consideraciones en torno al concepto de género en latinoamerica 6 El últi1110 tiernpo han habido algunos pla:ntearnientos que sostienen la dificultad del uso del concepto de géneroparanuestra realidad latinoamelicana. Por una parte, seargumenta que el término en inglés (gender) no con·esponde totalmente al término género en castellano. En inglés tiene una acepción que apuntadirectamente a los sexos (sea como accidente gramatical, sea como engendrar) 1nientt·as que en castellano se refiere a la clase a la que pertenecen las personaso las cosas. Deesemododecir en inglés "vamos a estudiar elgénero" llevaría implícito que se trata de una cuestión relacionada con los sexos; en castellano, la conexión con lo masculino o lo femenino sólo se entendería en función del género gra1natical, pero no como una relación entre a1nbos o como una construcc.ión cultural. Así, plantear lo mismo en castellano resulta críptico para los no iniciados ¿qué género hayque estudiar, uno literario ouna tela? Por otro lado, fuera de esadificultad idiomática, hablia una teórica, encuanto aque el uso del concepto género nos llevaría a un determjnismo cultural: de la crítica al determinismo biológico, la interpretaciónse entramparía enun reduccionismo cultural. Por último, desde un punto de vista político, hablar de género y no de 111ujer encubriría las desigualdades entre hombres y 1nujeres y pondría las relaciones asiimétricas en un plano de neutralidad. Estas críticas, son importantes para re-situar el e1npleo y la incorporación del ténnino género en el estudio de la relación entre lo femenino y lo masculino en nuestra realidad latinoamericana. En primer lugar, pensa111os que aunque la palabra género en castellano no 35
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=