Palabra dicha: estudios sobre género, identidades, mestizaje
Algw1os de los hallazgos que,desde una ,ni.rada antropológica parecen importantes en esta investigaciónsevincula a la constelaciónde las conductas sexuales y sus diferencias porgénero y edad. Así, es interesante constatar que las prüneras relaciones sexuales se producen relativamente temprano, entre los 18y los 15 años, y que las mujeres las tienenmás con parejas estables que los ho111bres. También que son las personas más jóvenes las que han comenzado antes suvida sexual, lo que podría estamos indicando cambios generacionales ünpo1tantes. Sin embargo es interesante señalar que la actividad sexual aparece dada, en general, enelcontexto de un compromiso afectivo y formal de las parejas. Por otro lado, queda claro que se privilegian las relaciones sexuales vaginales, en un 97%, sobre las orales (39%) y las anales ( 15%). La frecuencia de las prácticas sexuales es 1nás alta entre los casados (un promediode 17 días), de clase inedia y alta. Tainbién, los hombres de clase alta aparecen teniendo más relaciones sexuales con diversas parejas, mientras que las mujeres declaran tener 1nás actividad sexual que los varones, pero con una sola pareja sexual. Son destacables las diferencias que surgen entre hombres y mujeres respecto a las relaciones entre a,nbos. Los hombres valoran en prüner lugar la satisfacción sexual, luego el no pelear y el compartir proyectos comunes, en cambio, las mujeres otorgan más valoración al amor, la seguridad, la comunicacióny por últin10 a la satisfacción sexual. Esto estaría .indicando queel placersexual esunapersecusiónmásmasculina quefen1enina, evidenciando lapersistencia de un fenómeno de larga duración en nuestras sociedades: para los hombres la sexualidad y su consiguiente erotismo serían aspectos identita1ios más relevantes que pai·a las mujeres. Otra constelación interesante de la investigación realizada por los autores se vincula al tema de la conversación sobre sexualidad, de lo que se habla y con quiénes. Aquí es destacable el hecho de que en su mayoría las personas no escucharon hablar ni se les habló de aspectos ligados a la sexualidaden su infancia y que los que sí hablaron declaran a su1nadrecomo lamayor fuente de cotnunicación. E1nergerán en este tópico i1npo1tantes diferencias generacionales toda vez que los mayores tuvieron como fuente preferentemente a la madre, los más jóvenes tienen a ambos padres, a los amigos y profesores. Se asistiría así a una ampliación del radio de interlocutores y por tanto, al cambio de un discurso sexual anclado en lo privado (la familia) a u110 más público (los profesores, los amigos). Los tipos de conversaciones aludidas por los entrevistados respectos a temas sexuales son fundamentaltnente morales (los padres), y de información biológica ligada a la reproducción y al cuerpo (padres y profesores). Otro aspecto que parece relevante es el hecho de que actualmente sobre sexualidad se habla con la pareja, en un hablar, al parecer, 111ás vinculado a la satisfacción y al placer erótico. De este modo podríamos decir que hoy día el hablar sobre sexo va teniendo una relativa amplitud y valoración , a pesardelas dificultades que las personasmanifiestan en la verbalización de estas prácticas. Seria interesante incursionar en las "otras formas" de lenguaje de la 186
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