Palabra dicha: estudios sobre género, identidades, mestizaje

sujetos. La autora, junto a otras investigadoras, fue pionera en la publicación de relatos de vida (Historias Testimoniales deMujeres del Ca,npo ), así como en la utilizaciónde los testimonios como datos sociológicos de importancia. Ese antecedente toma evidente el por qué la autora hace un gesto reiterado de recupera- ción de lamemoria fe1nenina. Me1noria femenina que ella entendiende corno lugar primordial de la confonnación del ser-mujer, que como ya lo expresáramos se afinca en el trabajo. Y entonces, el recuerdo, la evocación, que Ximena Valdés recopila es un devenir de haceres, de obras, de faenas. A través de éstas las mujeres campesinas se hablan y son habladas por su destino. La exploración por sus textos hace compareceruna preocupaciónque, en primer lugar, se afinca en el examendetallado de las labores rurales femeninas al interiorde fundos y haciendas; luego en la pequeña propiedad; para desplazarse hacia los trabajos te1nporales ligados a los procesos de modernización agraria. No obstante este abanico, podemos distinguir un nudo central que la autora va hilando en sus distintos libros: la tensión entre tradición y modernidad en el campo y su incidencia en la vida de las mujeres. La tradición es auscultada con una profundamirada sobre la estructura de las haciendas, mirada casi nostálgica -en el sentido de la recuperación de una historia- que se desliza enmedio de oficios a11esanales como la alfarería. El arte de esculpir y pulir la greda ocupa un amplio espacio en las investigaciones de Xünena Valdés: Pomaire y Pilén, enclaves de las prácticas loceras de la Zona Central son el punto de partida de una reflexión sobre los cambios económicos y sociales que se verifican en esas pequeñas localidades; mutaciones que incidirán en las mujeres y en sus trabajos no siempre enun sentido de mayor bienestar ni orientadas a la liberación de sus múltiples tareas. Loceras y temporeras, serán expresión de las realidades que existen en el campo chileno. XimenaValdés las hace entrar en escena parabordarcon ellas el binoinio tradición/mode1nidad. En sus textos recientes, la preocupación por los fenómenos nocivos que entraña el último polo de esa dualidad son patentes, así como la denuncia de sus consecuencias para el género fe1nenino. Al principiodijimos que la autora realizaba ese especial gesto de co1nbinar investigación con acción, hecho que comparte con un grupo de mujeres intelectuales que, en el Gobierno Militar, comenzaron a re-fundar el movimiento feminista en el país. Precisamente, la autora en 1979 formó parte del primergrupo (pre-Círculo de Estudios de laMujer) que comenzó a animar la vida política e intelectual, introduciendo y haciendo visible la problemática femenina en la dictadura. Posteriormente, es co-fundadora de Eosmás impo11antes centros abocados al estudio y pro1noción de las mujeres 2 , siendo actualmente directora del CEDEM (Centro de Estudios 177

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