Hacia una historia del ambiente en América Latina: de las culturas aborígenes a la crisis ecológica actual

64 La instalación de reactores nucleares se ha iniciado en varias naciones de América Latina. Brasil, México y Argentina ya tienen varios; Venezuela y Chile están en negociaciones para instalar otros durante la década de 1980, a pesar de los roces que existen entre Alemania y Estados Unidos, país que se opone por el momento a la transferencia de este tipo de tecnología. De este modo, en América Latina ha comenzado la era del peligro radioactivo en gran escala, como ya ha sucedido en Estados Unidos y varios países europeos. El Instituto Norteamericano para la Información Ecológica Internacional ha denunciado a través de su revista World Enviromental Report (diciembre 1978), los gravísimos peligors que corren al desmantelar y transportar un reactor a través del continente una vez que ha alcanzado su etapa crítica. También ha calificado como controvertido el programa nuclear de ciclo completo de Brasil, luego que la revista alemana Der Spiegel afirmó que hubo deficiencias técnicas en un importante contrato de servicios firmado por el gobierno militar brasileño y Alemania Federal . 79 El proyecto conjunto tendrá un valor de 7.000 millones de dólares, comprometiéndose Alemania Federal a construir y transferir tecnología para ocho centrales nucleares con agua pesada, así como varias plantas para el enriquecimiento y recuperación de uranio . 80 Los trabajadores mexicanos del Centro Nuclear de Salazar me mostraron en 1980 en folleto que acababan de redactar en el que manifestaban los peligros radioactivos que corrían todos sus compañeros: a) acortamiento de la vida en 5 años sobre 30 trabajadores; b) existe un período latente antes de que los efectos de la radiación se manifiesten, el que puede variar de unos días hasta décadas; c) la cantidad de energía necesaria para producir efecto notables en el tejido celular es extremadamente pequeña; d) los daños pueden ser de carácter somático o genético, siendo estos últimos cualitativamente más importantes; e) con los efectos a largo plazo existe evidencia de que no hay dosis de umbral, o sea, que cualquier dosis, por pequeña que sea, produce daño; f) las dosis de radiación a áreas locales (como en terapia) no producen graves efectos, pero son letales si se aplican al cuerpo entero; g ) en las plantas de urario, los trabajadores están expuesto a irradiación externa beta y gama a la contaminación interna resultante de inhalar o de ingerir las sustancia radioactivas que se elaboran, especialmente en las secciones de trituración, precipitando y desecado del uranio; h) los trabajadores contraen cáncer, enfermedades hereditarias, neumocosis, cataratas, anemia, alteraciones ováricas y testiculares que llegan a la esterilidad. Estas son algunas conclusiones de los trabajadores mexicanos de la planta nuclear de Salazar, que experimentan en carne propia los efecto de la radioactividad, fenómeno que los ha conducido a luchar por un programa de reivindicaciones específicas, apoyado por importantes franjas de la clase obrera. Devastación de bosques y de la selva amazónica La deforestación continúa a un ritmo galopante en América Latina, entre 5 y 10 millones de hectáreas anuales. Uno de los mayores ecocidios es la devastación de la selva amazónica, el principal abastecedor de oxígeno del mundo. Se estima que la selva del Amazonas provee 1/5 del oxígeno del planeta, el 15% de agua dulce y la tercera parte de la madera del mundo. Especialistas brasileños calculan que ya se ha devastado más del 10% de la selva amazónica; en los próximos 20 años se habrá extinguido lo fundamental, según el doctor Kerr, director del Instituto de Investigaciones de la Amazonia. Los ecosistemas de selva son muy frágiles, a pesar de su aparente exuberancia; los árboles crecen encima de una delgada capa de suelo, que sufre un proceso de lateritización cuando la selva es desmontada, generándose capas de varios metros de tierra dura donde no crece nada. Las consecuencias ambientales son gravísimas porque al talarse los árboles disminuyes las lluvias y se produce la desertificación. Las trasnacionales –asociadas a la burguesía y al Estado brasileño- han invadido al selva amazónica en busca de minerales, de madera y de nuevas tierras para la explotación ganadera y la agroindustria; han diezmado las comunidades indígenas y destruido sistemáticamente la flora y la fauna. Estas empresas –en una nueva redición de la conquista del Oeste grande- trasladan maquinaria sofisticada, levantan aeropuertos y ciudades artificiales, promoviendo una de las migraciones poblacionales más significativas de la historia de Brasil. Los trabajadores enganchados no cuentan con hospitales viviendas adecuadas. La franja roja de la carretera transamazónica, que llega hasta el límite con Perú, marca el itinerario del ecocidio. Hace dos años, se abrieron dos carreteras más, que nacen en Cuiaba, capital del estado de Matto Grosso; una, hasta Santarem, entre Manaos y Belem , y otra, de Porto Velho a Manaos. 79 El Nacional , Caracas, 5.1.79. 80 Ibid . 13.4.79

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