Hacia una historia del ambiente en América Latina: de las culturas aborígenes a la crisis ecológica actual
38 REGIMEN SOCIAL De la horda del período recolector, se pasó a la gens y a la tribu. La organización gentilicia se basaba en lazos de parentesco. No existía la propiedad privada de la tierra. Los pastos, cerros y aguas eran de uso común. “En toda la región andina, desde muchos siglos antes de la conquista de los incas, imperaba el sistema comunal. ” 43 Las viviendas eran colectivas. Desempeñaban el trabajo mediante cooperación simple, es decir, trabajo conjunto para ejecutar labores de interés común y distribución igualitaria. Numerosos investigadores han señalado que en este estadio agroalfarero el régimen social se basaba en el matriarcado. Sin embargo, algunos antropólogos contemporáneos prefieren hablar de descendencia matrilineal en lugar de matriarcado. Los estudios de Malinowsky, Spencer, Hartland, Lowie, Briffaul y, especialmente, de Hornblower, sostienen que los pueblos agroalfareros desconocían la relación entre el acto sexual y la paternidad. El desconocimiento de la paternidad no sería, según ellos, producto de la promiscuidad de la poliandria y la poligamia, sino de la ignorancia acerca del acto de procreación. No estamos del todo convencidos acerca del desconocimiento de la relación entre el acto sexual y la procreación. No olvidemos que en esta etapa el hombre ya domesticaba animales, y sería muy extraño que no se diera cuenta del proceso por el cual quedaba embarazada la hembra. No por casualidad, el falo surge como símbolo a fines del neolítico, aunque era representado con menor frecuencia que las mamas de la mujer. En todo caso, la descendencia matrilineal fue la expresión de un estadio social determinado. El destacado papel de la mujer en los pueblos agroalfareros deriva de la importante función pública que desempeña, por cuanto ella es la que cultiva la tierra, inventa la alfarería crea el telar y elabora los tejidos. Numerosos autores han demostrado que en los pueblos agroalfareros latinoamericanos existió una forma de matriarcado. El investigador más acucioso del régimen social de los pueblos andinos, Ricardo Latcham, afirma que antes de la conquista española, la mayor parte de las sociedades aborígenes se basaba en el matriarcado. El marido debía residir en el seno de la familia de la mujer. Los hijos llevaban la filiación y el tótem de la madre. El hombre no podía desposar a una mujer del mismo tótem, pero era lícita la relación sexual entre hijos e hijas del mismo padre pero de tótem diferente. En lengua araucana se encuentran palabras que indican esta relación: lacutún, unión entre abuelo y nieta; lamuentún, entre hermano y hermana de padre. 43 Richardo Latcham, La agricultura precolombina en Chile y los países vecinos , Santiago, Ed. De la Universidad de Chile, 1936, p.11.
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