Hacia una historia del ambiente en América Latina: de las culturas aborígenes a la crisis ecológica actual

37 NATURALEZA, ARTE Y MAGIA A través de los motivos cerámicos, de los trabajos en metal, de los petroglifos y de otras manifestaciones culturales, el hombre aborigen expresaba su integración al sistema. En general, sus motivaciones culturales estaban inspiradas por su estrecha relación con la naturaleza. Una manifestación superestructural, como la magia, también expreso de variadas formas la integración del hombre al ecosistema. La magia fue un intento de interpretar la relación con la naturaleza, un esfuerzo de la mente humana por encontrar una explicación del mundo y de la vida, para luchar contra lo desconocido, apelando a las fuerzas de la naturaleza y, al mismo tiempo, tratando de controlarlas. La magia nació de una sociedad sin clases, cuando no imperaba aún un régimen de propiedad privada. En las concepciones mágicas se reflejaba el igualitarismo primitivo. No había jerarquía entre los tótemes. No existían espíritus superiores ni inferiores, sino diferentes. El culto de la naturaleza muestra que hasta en lo espiritual el hombre sentía que formaba parte del ambiente. En la magia había una participación directa del ser humano que trataba de aprehender la naturaleza a través de emociones violentas, exorcismos, símbolos, etc. Al revés de lo que ocurre con las regiones ya institucionalizadas, en las prácticas mágicas hay una intervención activa del individuo. Hauser señala que “la visión que la magia tiene del mundo es monística; ve la realidad en la forma de un conglomerado simple, de un continuo ininterrumpido y coherente” . 41 Las prácticas mágicas, el arte rupestre y otras formas plásticas expresaron el deseo de lograr cierto dominio de la naturaleza. Los petroglifos y dibujos de animales en las cavernas reflejaban la aspiración de ver concretado el deseo de que el animal cayese en la trampa. “La pintura era al mismo tiempo la representación y la cosa representada, era el deseo y la satisfacción del deseo a la vez. Era justamente el propósito mágico de este arte el que lo forzaba a ser naturalista. ” 42 41 Arnold Hauser, Historia social de la literatura y el arte , Madrid, Ed. Guadarrama, 1964, p. 30. 42 Ibid ., p. 22.

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