Hacia una historia del ambiente en América Latina: de las culturas aborígenes a la crisis ecológica actual

36 Los aztecas e incas conocían también casi todas las aleaciones y dominaban las técnicas de martilleo, vaciado de metal y repujado, generando una tecnología propia tan avanzada para la época que mereció el siguiente reconocimiento por parte del investigador europeo Nordenskiold: los incas habían logrado “un invento que nosotros, los del Viejo Mundo, hemos logrado llevar a cabo sólo en tiempos recientes –y ello por un método completamente diferente del de los incas- a saber, el arte de soldar el cobre... Creo que debemos admitir que la contribución de los indios –como descubridores e inventores- al progreso cultural del hombre es considerable. Puede incluso sobrepasar a la de los pueblos teutónicos durante la era que precedió al descubrimiento de América. Es hecho comprobado que los indios habían logrado muchos descubrimientos e invenciones que en los tiempos precolombinos eran desconocidos en el Viejo Mundo” . 40 Otra manifestación avanzada de la tecnología aborigen latinoamericana fue la fabricación de vasijas, ollas y otros productos de cerámica. La alfarería produjo una especie de revolución industrial embrionaria, ya que por primera vez se elaboraban objetos mediante procesos físicos que arrojaban resultados químicos en la cocción de la greda. En América Latina, la alfarería se remonta a unos 3.000 años antes de nuestra era. Las vasijas, ollas, jarros y otros cachorros facilitaron la cocción rápida de alimentos, que mejoraron la dieta. Así como en otras partes del mundo, las grandes artífices de la alfarería en nuestro continente fueron las mujeres. Fabricaban una cerámica para tareas domésticas y otra de carácter decorativo. Para la cocina, elaboraban ollas sin pintar; a veces, decoraban algunas, como las clasificadas bajo el nombre de “jarro zapato”. La cerámica decorativa en la que se utilizaba el rojo, el negro y ocasionalmente el amarillo, presentaba recipientes de greda y grandes vasos de cuello ancho y de dos asas. También fabricaban recipientes de base cóncava, muy ornamentados, y vasijas con caras zoomorfas. En síntesis, podemos afirmar que la alfarería de aquella época era elaborada con una técnica tan depurada que ahora, nadie, no con un torno, podría fabricar vasijas con una textura similar. 40 E. Nordenskiold, Modificación in Indian Culture through Invention and Loans , citado por Arnold Toynbee, Estudio de la Historia, tomo I, Buenos Aires, Ed. EMECE, 1951, p. 472.

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