Hacia una historia del ambiente en América Latina: de las culturas aborígenes a la crisis ecológica actual

24 paleolítico- sino que también se empleaba el hueso, el marfil y las maderas duras para fabricar arpones, buriles, punzones y anzuelos. La tecnología de los pueblos recolectores, pescadores y cazadores no ha sido debidamente apreciada. Los investigadores han dado más importancia a los pueblos agroalfareros que a los recolectores, subestimando la creatividad de estas culturas que cubrieron más del 95% de la historia humana de nuestro continente. No se ha estimado como corresponde el valor del trabajo en piedra, madera y hueso, que con frecuencia alcanza niveles de depurada artesanía. Algunos pueblos aborígenes contemporáneos, que han logrado supervivir no obstante la colonización de los blancos, conservan esta capacidad para trabajar la piedra, llegando a sacar lascas perfectas de un solo golpe, con una técnica que envidiaría más de un artista de la llamada civilización occidental. En Venezuela, se fabricaba mediante percusión directa artefactos de piedra bifaciales de gran tamaño para la caza. También se han encontrado otros instrumentos “fabricados sobre lascas, tales como raspadores carenados o lascas afiladas, de los cuales pudieron haber sido utilizados tanto para el trabajo de la madera o el hueso o como cuchillos para desollar o descuartizar los animales... Al lado de los artefactos bifaciales de aspecto tosco es posible discernir una tipología de artefactos de us o 12 más específico y mejor trabajados, tales como puntas foliáceas, puntas dobles que presentan en oportunidades un filo dentado, bellamente retocadas, hojas bifaciales planoconvexas, puntas pedunculares, etc.”. Cruxent ubica este proceso en el complejo Las Lagunas, cuya antigüedad se remonta a más de 12.000 años, a fines del pleistoceno. Las nuevas técnicas de caza se relacionan con el complejo El Jobo. “Entre 10.000 y 8.000 años a.c. la paleofauna que caracterizaba los períodos anteriores comienza extinguirse, pero las puntas de proyectil y las nuevas modalidades de su utilización implican una ruptura con el antiguo modo de vida. Antes, posiblemente, los cazadores vivían confinados dentro de nichos ecológicos restringidos, limitándose mayormente su actividad cinegética a los pequeños mamíferos”. 13 La tecnología de estos pueblos es tan significativa que las piedras que fabricaban los aborígenes de Guayana hace 9.000 años no han podido ser reproducidas en la actualidad. Especialmente “la lanza con una punta de jaspe muy bien labrada y jaspe de todos los colores. ” 14 En esa temprana edad ya existía en la mayoría de los aborígenes latinoamericano cierto tipo de organización social para la caza y la pesca. Se practicaba la asociación de los hombres para la caza colectiva y la fabricación conjunta de los equipos y herramientas. 12 Mario Sanojo e Iriada Vargas, Antiguas formaciones y modos de producción venezolanos , Caracas, Ed. Monte Avila, 1974, p.29-30. 13 Ibid ., p.30. 14 El Nacional , 19/3/1979, declaraciones del doctor E. Jahn.

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