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Capítulo IV
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Perú – Ecuador: Una experiencia de paz y buena voluntad
d)
El asumir como política de Estado en Perú y Ecuador tanto el respeto pleno a
los acuerdos alcanzados en 1998 como el permanente impulso de la relación
bilateral. Más allá de las diferentes personas que han ocupado la Jefatura de
Estado en el Perú y el Ecuador y de sus posiciones ideológicas o políticas, todos
ellos han reafirmado el respeto y vigencia de los acuerdos, así como la
necesidad de construir una relación bilateral en paz y en desarrollo.
e)
La institucionalidad del proceso de paz. Esta ha consistido en la creación de
diversas instancias de encuentro y diálogo político, económico y militar, que
han permitido que el proceso de paz se convierta en una cuestión permanente y
dinámica. Así por ejemplo, se ha podido constatar el trabajo de los Comités
Técnicos Binacionales y de ejecución como el Plan Binacional, las Rondas de
Conversaciones de Altos Mandos Militares, la Comisión Binacional Peruano-
Ecuatoriana sobre Medidas de Confianza Mutua y Seguridad, el Mecanismo de
Coordinación y Consulta Política del 2+2, entre otros, destacando
particularmente la instauración del Encuentro Binacional Anual en el que los
presidentes de ambos países, acompañados de sus respectivos gabinetes de
ministros evalúan los avances de los compromisos adquiridos y toman
decisiones respecto de nuevas iniciativas, proyectando el futuro de la relación
bilateral al más alto nivel político.
f)
La enorme inversión en materia de infraestructura social y productiva
desarrollada por los capítulos nacionales del Plan Binacional, que ha permitido
conocer a las poblaciones fronterizas de ambos países los beneficios tangibles
de la paz alcanzada en 1998.
g)
Finalmente, el impulso dado al proceso desde el sector privado. Si bien las
iniciativas intergubernamentales establecen el marco propicio para el éxito de
los acuerdos de paz, no deja de ser fundamental la interacción de los actores
privados, pues son estos, a fin de cuentas, los que le otorgan dinamismo a la
relación. En tal sentido, las misiones de ecuatorianos y peruanos que viajan a
uno y otro país para concretar negocios en el campo comercial y turístico u
organizar eventos culturales, se incrementan día a día. Esto ha permitido
expandir los beneficios del proceso de paz a otros ámbitos pero también a otras
áreas del territorio nacional, no limitándose a las zonas de frontera. Pero quizás
lo más importante, es que este tipo de iniciativas fortalecen y consolidan el
proceso en todos los niveles.
5. Las tareas pendientes
Más allá del éxito alcanzado hasta el momento en el proceso de paz peruano-
ecuatoriano, creemos que es importante no solo consolidar los avances sino también
implementar otros factores que pueden contribuir al fortalecimiento del proceso.