Cosmografia o descripcion del universo

- !)2 - pri1ner clia cld siglo XIX; i a este desr11brimi r nto se !<ie;uif'ron c•I de J uno por el vrofesor [lanling en Goti11ga, i el <le P álas i , · c-s- ta por Olbers, de B rémcn . Los planetas en su movimiento aparente avanzan algunas veces con rápida velocidad; otras lentamente; paran a vece~; a ,,eces re- trocP-dcn. Pero si su curso se refiere al sol, como punto cént, ico, toda esta irregularidad desaparece, i se resuelve en una lei simple i jcneral , que es la misma a que está sujeta la T ic1ra., s11 po11ii>n- do (como es indudable) qne ella circula tambien al rededor 1lel sol. L"ls órbitas son elípticas; el plano de cada órb ita pasa por el sol , colocado en nno de los focos de la clípsc, i corla el pla110 de la eclíptica en una línea recta, llamada línea ele los 11odos. 1''<1do ascendente es aquella interseccion de la órbita ele] planeta i ele la eclíptica, en que el planeta pasa •lel lado austra l al boreal; ·nodo clescenclente es la ínterseccion opuesta. :r,,r o hai su,-pensiou ni retro- g,aclacion en la carrera J.e ningun planeta; i la velocidad ele todos ellos varía no mas que lo necesario para que las áreas l,arri<las por los radios vectores sean proporcionales a los tiempos. De los planetas zodiacales Mercurio es el mas cercano al sol. En- vuelto en los _rayos ele este gran Jun1ínar, rara vez podt:1nos ver- le, i ent6nccs aparece bajo la forma de una luciente estrella. S íg,ue- se Vénus en el 6rdcn de la distancia al sol , i sucesivamente .l\'l ar- , 1e, Júpiter, Saturno i Urano. Si la Tierra se n1ueve ta n1hicn al re- dedor del sol, como lo vcrémos probado con argllmc>ntos irrcfrag;a- bJes, su órbita tiene el tercer lugar, entre las dt- Vénus i Marte. De aquí el nombro de planetas inferiores dado a l\lercurío i , -é- ln1s, i el de planetas superiores a los otros. Todos ellos, puc-sto que no salen del zodiaco, circulan próxiina1u cnte en el plano de la eclíp- tica; ele que resulta que no vemos sus órbitas de frente, sino en una direccion mui Sf'sga, en qno solo sus desvíos de la eclíptica so nos presentan en su magnitud _natural.