Cosmografia o descripcion del universo
,. - lt'> - lecunda Ta· Tierra, ¿no será posible que nuestro globo tenga tambie1'l un calor propio, independiente de la presencia <lel sol? La tempe- ratura se mantiene constante en los subterráneos. l\-1as allá de los 27 a 30 metros de profundidad, no se sienten los cruuos fríos del in- vit-rno, ni los calores ardientes clel estío. Los yelos acumulados que cubren las 1nas altas cumbres, se derriten por Ja base cuando tie- nen bastante ei>pesor para defender del frío esterior los terrenos en que descansan; forinando así corrientes de ~-ua viva aun durante el invierno. Algunos fisicos miran estos fenómenos como señalell de· una antigua conflagracion~ i suponen que la. superficie dé la T ie• rra, enfriándose lenta1nente, ha llegado a la temperatura que hoi tiene; miéntras lo interior de la masa lia podido conservar una parte con- siderable <le su calor, que llaman central. Otros cl'een esplicarlos por la accion de los rayossolares. Cada año envía el sol a la Tiern una cantidad ele fuego, que si se acumulase sin cesar, la hubiera puesto en un estado permanente de combustion; pero una gran parte se disipa incesantemente en el espacio por medio de la radiacion que e-,pcrimentan, como es bien sabido, touos los cuerpos calientes. Esta.,;; dos causas, radiaciones solar i terrestre, mantenjdas por millares de ..,jg·los, han debido al cabo equilibrarse, dando a la Tierra una tem- perat.11ra constante. Los varios parajes de la 'l!ierra no están colocado.<; en situaciones basta nte fo.vorahles para recibir los rayos del sol, que hieren perpen- dicub nuente la zC\11a tórrida, caen oblícuos sobre las templadas, i a ba11uona11 las glaciales durante largas temporadas . Varía tambicn la accion tlel sol en las diversas estaciones, ya porque en la primavera i el verano los rayos se acercan a la <lireccion perpendicular, de qne :se apartan en el otoño i el invierno;. ya por la acumu- Jacion del calor o s11. <l iminucion progresiva., seguu crece o men- g ua la duracion del dia. Es constante que la temperatura n1edia del globo terrestre decrece del ecua.dor a los polos; no obstante las vici- si tudes de las estaciones i lo que contribuyen a modificarla por una parte las circunstancias locales, por otra la habitacion misma i los trabaj os del hornbre. Decrece tambien el calor a medida q ue nos eleYamos sobre la supe rficie terrestre; clc-crcn1cnto mas r.1piclo cuanto mas alta la te111,
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