Cosmografia o descripcion del universo

- ;l - 'emog sicmpre nx tc1vlilla ti l r.ck ·<lor de nosotros una Ya!ita llonu- rn circular cpt<' toca por toda su c ircunfere11cia la vóveda celec;te, c·x<'rpto donde lo im¡,i1le11 las islas i continC'ntes que en nuestro ca- n1ino rlivi,amos. D ecimos entóncrs cpie c• I mar hace hori;:;ontc, esto C'-, limita la , ista: lwriznnte se cleriva de una palabra griega que sig,,i'i<'n. lin1itnr. C u ,a,-to llano tcrl'estTC, co1110 el ele las Pan1pa1o de Jl11eno,;- .\iH•~, hace tambien horizonte. Conjid,·raclo. la 'l'ienu como esférica, el ltori:::onte es un p~'lttO circular, tenninaclo por el cielo, i tapjcnte a la superficie terres- tre <'ll acp1cl pnnto donde se halla coloeado el ohsen•ador. Con (' ;;te plano coi11-:ide a la vista la superficie de ias aguas, i ele la:. grande;; llanuras que llamamos lwrizontalcs: superficie reahnentc con- vexa, aunc¡ne a la di:;tancia a que alcanza la vi:sta, no nos sea po- sible prrcil,irlo. Cada. punto ele la 1.' icrra tieue pues su horizonte. J>a<;a1nos de uno a. otro sin sentirlo; i camiuando acia la circun-· fcrencia nos halla1nos sie1npre en el centro: fenómeno que solo pue-- d..: tener lug:i r en la superficie de un gran cuerpo redondo. La lí!lea cp1e describen lo;; cue1 pos cuaudo caen aban<lonaclos a su p,~o, es vertical, e:.to es, perpendicular a1 horizonte; i si la pro- lonf_.rnmos imr,)uariame•· te, pasnr.í por el centro de la Tierra, con- sider-dda como una esf "t.t. perfecta, i s1;s extren1i<lades tocarán el cielo en do,; puntos opuestos: el superior se llama :::e11it, i el infe- r;or naair. Como ca<la lugar de la sl!perficie terrestre tiene su hori- zonte, t.iene Umbil:n su vertical, su zenit i nadrr peculiares; cada Ycrlical pasa por dos puntos opuestos de la superficie terrestre; i el centro de la 'fil:n'U e:s el punto eu que todas las ,·crticales se cruzan . S i el ojo c;;pcctauor fuese un punto rnatemático situado en la lla- nura l1orizontul (Jlle parece extenclerse hasta la esfera celeste, el ho- ri.tonte <li vidiria. la esfera en clos porciones, la nna visible, la otra interceptada. por la 'fierra. Pero como esa suposicion no es exacta, ptws el ojo espectador está siempre mas o n1énos eleYa<lo sobre la su- p<'rficie ltorizoutnl, el círculo que le limita la vista del cic lo no coin- c ide con el verd,tdero horizonte o plano tanjente que deja,nos des- c·ri to. Por un efecto de la redondez de la tien-a hai siempre deba- jo del horizrmt<' ,·eal u11a han<la o :r.ona cl'leste visible, t·11yo limbo

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