Cosmografia o descripcion del universo
• •l - •)•l - H<Jf'rcn rá hasta <>" Jl'l polo, de <¡ne nhora Jista n1us de ,:;1 °, i lo:-<'· fialará n.l 1n::i.ri1wro. Ignaks n1utncio11os succclcir.ín en nuestro hf'mis- fi ·rio celesw. Acltenar, en la constelacion de .Erí1lano, estará a!¡t;1111 d in. a poca distancia. <le! polo ant1rti(·o, i po<lrá guiar a los <¡ne na- vt'guen por los mares de l sur. i>ara cada pueblo de la ' l'ierra Yariartí en f'ste inmcn::-o pf'ríodo <'l a:;prcto grandioso i pintoresco ele la vóveda celeste. Vendrá un día (d ie-e Ifun1bolclt) en c1uo las hrillantes constelaciones del Centauro i de la Cruz del Sur serán visibles en nuestras lat.itude:; boreales, a l paso que ot1-as estrellas, como Sirio i el Tahalí de Orion, no sn- hir,ín sobre nuestro horizonte. Estas consideraciones ponen de Yttl- to, por <.focirlo así, la grande1;a de estos movimientos, que proceden con lentitud, pero sin jamas interrun1pirsc, i cuyos vastos períodos forn1an como un eterno reloj d el universo. El descubrimiento de la precesion sube solo al tic1npo de J i iparco, Ántes de él se creia que el sol, retornando al mismo equinocdo, re- tornaba a las mismas estrellas; i com.o la posicion de este astro en el cie lo reglaha los trabajos ele la agricultura, desde la mas alta an- tigiiedad se había dividido la eclíptica en doce porciones iguales, llan1adas sig·nos, q11e correspondían just.'\mcnte a las constelaciones Aries, ' l'q.uro, &c., comenzan<lo por el equinoccio de Aries, princi- pio de la primavera en el hemisferio boreal. P<'rO <le entónces a.c(t ha yar iatl0 mucho el aspecto del cielo: los equinoccios Iian retrogrnda- <lo <'n la eclíptica; i si en tierr1po de Hiparco el equii:occio de Aries estaha en la constelacion del 1nismo nombre, hoi no sucede así : el e,¡ 11inocc io de Aries está en la coustelacion de l'iscis, el solsticio de C;íncer en la constela.don de J émiuis, el equinoccio de Libra en la coustd.icion de la Ví1jen, el solsticio de Capricornio en el Sa- jita rio; i todo ha retrogradado un signo ('Otero. Débense pues dis- tinguir los signos, qlle tienen una relacion fija con los puntos equi- nocciales, de las constelaciones del zodiaco, que son rnóbiles res- pecto de esos misnlos puntos. J~n la prccesion de los equinoccios hai pequeñas perturbaciones pt-riodicas, ligacla.5 con las que hemos notado en la o;:;cilacion se- rula r de In. eclíptica. Una ele ellas está sujeta a un período como <le J H aii11s. Si no hulÍirsr· C'l 1110,·írniC'nt o de pn!CC~ion el(' _Jo"' cqui-
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