Cosmografia o descripcion del universo

' -42 - Si snponemos clos observadores l">etlro i Juan, qu~ colocatloc; a rier- ta distancia de una torre, la refieran· a la esfera celeste, s11ce>tlcrá lJIW la cüspi<le o punta de la torre se les proyectará sobre difcrenks pun- tos de la esfera: si Pedro está al este de J uan, su punto <le pro- yeccion en la esfera estará al oeste clel punto ele pro) eccion dl. Juan, i recíproca.mente. La distancia angular entre los <lo" puntoc; de proyeccion será tanto menor, cuanto mas distante de los obser- vadores estuYicre la torre. Esto nüsmo sucede con los astros cuya distancia de la Tierra no es tan grande que pueda considerarse como infinita respecto del raclio t errestre; que es el caso en qne se enc11entnu1 todo,; los olüetos re- lestes errant\'S, o que varían de situacion entre las estrellas. A sí tlos observadores colocados en distintos parajes de la 'fierra referi- 'rán estos astros a diferentes puntos de la esfera: la clistancia angu- lar de los puntos de proyecciou será sin du<la utui pequeña compa- rada con la del ejemplo anterior, por lo mucho que dista ele nos- ·otros aun el u1a.,; cercano J e los astros errantes; pero será sin e1n- l,argo aprecia.ble. }>or consiguiente, para que sean comparables las nhservHciones tlc estos objetos, es menester to1nar en cnc-nta la <li'l - tancia aHgular de la. pl'oyeccion, refiriéndolas a un horizonte dc-tl·r- ·111inado, o mejor, al horizonte racional. Debe pues concjtrse la. pro- ·yeccion, rcduciéntlola a la del _ojo de uu obscn -atlor, colocaclo en ·el centro ele la Tierra. Figurémonos tlos observadores, P edro i Juan, aquel colocado en. la superficie i éste en d centro del globo tcrrácueo, n1iranclo ambos -un uústno ol~jeto cel ste en un 1uou1c1lto dado. Los p1mtos de Jlro- 'Y~ccion ele :Pe,lro i Juan estarán en i1n 1nismo círculo vertical , i P edro -rcrá el objeto n1as ahajo que Juan. La distancia angular ·(;ntre lns dos proyecciones depen<le 1na11itiesta1nente del ángulo c¡uc forman ilo~ líneas tiradas desde el oojdo celeste (que consideramos c01no nn punto) a, las dos e:;h·cu,idatll's <lel radio terrestre <¡ne ter- nlina en Pedro. :Este ángulo se lh.1.ma parala:r;c o paralaje, <Jue <1uiere decir mutacion; i por lo clicho es evidente que el efecto de la paralaje será sien1pre deprimir el ohjeto en un círculo vertical La paralaje de los objetos eqniclistantes, o de un 1nil'-mo ol~j et~ c1ue no varia sensiblemente <le distancia con respecto a nosotro!,\

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