Cosmografia o descripcion del universo

- ] ;J :j h~jado .Bessel l°" la 61 <l<> I C i;.ne; su distancia s<> ha calculado <>n ü10,000 vece~ el ra<lio de la (1rbita terrestre; es decir, en 23 mi- llones de rnillonl'S de leguas. La irnaJinncion de!:,fallece al querer abarcar tan vastos espacios. 4. D e las di1nensiones reales de las estrellas no nos da informe al- guno el telescopio; el disco en que nos las muestra es una ilusion óptica, que se debe a su brillo. S u luz es lo único q ue puede darnos nlg-im indicio. La de Sirio, segun experimentos foto1nétricos de 1Vo11aston, es a la dd sol, como 1 a 20,000,000,000. P ara cine el sol nos parecie::.e pues no mas brillante que Sirio, df'hcria retirarse a 14 1 ,400 veces su distancia actual, supuesto q ue la in- tensidad de la. luz decrece en razon inversa del cuadrado ele la dis- tancia. Por otra parte, de lo que se ha dicho en el u(1mero ante- l'Íor se sigue que la distaucia de Sirio es de mas de 200 ,000 veces el radio de la 6rbita terrestre. Luego, segun el c6mputo ruas mode- ra<lo, la luz que Sirio <lerran1a es a la <¡ue derrama el sol como el c11a<lrado de 200 es al cuadrado de 141: excede, pues, sin duda. dos veces a la que el sol emite; i consiguientemente Sirio es (juz- gando por su esplendor intrí nseco) igual, cuando mé110s, a dos soles, i prohaolcmente mayor. 6. ¿Para qué existen tan magní-ficos cuespos, tan estupendas masas de luz, cu los abismos del espacio? No sin duda para alumbrar nuestra. noche, pues una luna de la milésima parte del tamaño de la que tenemos, desempeñaría mejor ese ofi cio; tú para presentar- nos un espectáculo distante de que solo alcanzamos a ver una pe- queñí~ma parte, o para descarriar nuestra iruajinacion en vanas con- j eturas. Útiles sou ciertaruente al ho1ubre, en cuanto le sirven de se- ñales; pPro ta1npoco sirycn para eso las que no alcanzamos a divi- sar , c¡ue forman incoruparablen1cnte el n1ayor nán1cro. P oco fru to habrá sacauo dt: la contemplacion i estudio del cielo, el que se fig11-

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