Cosmografia o descripcion del universo

- 11:, - 7. En l 8-1 -> fué dcscnhierto por Ilcncke, astrónomo de Berlin, un nuevo plane ta, a que se ha dado el no1nbre ele Astrea. P ertenece a l irr11po tle los ult.razocliacnles c1ue circulan entre las órbitas ele Mar- te i ,Júpiter; es rle pequeñas d imensiones, con,o ellos, i a l parecer, <le la misma fa1ni l ia; procedente, segun se presume, de algun gran glolio, que ántes abrazaba en su jiro el ele l\:laste, i despedazado por una violenta ex1,Iosion, produjo los cinco fragmentos que ya co- 11oce1nos , i algunos mas quizá. }'>ero el descubrimiento de Astrca se puede llan1ar insignificante comparado con el del planeta de Leverrier, que es uno de los mas grandes de nuestro sistema. Lo que da una importancia singular a este St'gundo descubrimiento, es que no se debe a la casualidad, ni al aumento <le los telescopios, sino al poder de una intelijencia profunda , a ux iliada solamente del cálculo. La historia toda <le la astronon1ía no presenta un suceso comparable con este. En jene- ra l la observacion ha precedido a la ciencia, í do los hechos pre- ,,iamente averiguados han nacido las explicaciones teóricas; pero en este caso la ciencia ha seguido las huellas de la teoría. C rcíase q ue era Úrano, si no el .. postrero de los planetas, a lo 1nénos el últiu10 de que podia tener noticia el hombre. "El frío i triste liersd1el", habia dicho en 1845 un astrónomo célebre, "corre para nosotroi'l el velo de la oseuridatl sobn~.el gra.n teatro auie1io a, las in, estigaciones ele la 1nente humuna, separándolo del descono- cido, inmenso univrrso, poblado de estrellas. E sta barrera ha si<lo derribada, como tantas otras. Los n1odmicntos <lu l:rano eran to<lavía nn problema insoluble p ara los astrónontos. Lus irreg,ularidades de su elipse no podiun atribuirse a la accion d.e ninguna fuerza conocida. J úpíter i Saturno, únicos planetas que pmlieran influir en él de un n1odo i;ensiblc, no bastaban para explicar el efecto. N otáhase constnnte'- inente una diferencia entre el verdadero lugar de aquel astro i el que le asiµ;nalian las tablas, calcula<las sobre los elatos de que has- ta cntónces se ba llabt~ en poscsion IR ciencia. E ste solo CHPrpo pa-