PLANTAS MEDICINALES DE
CHILE.
631
"De
sus
troncos
(del
Pehuen)
destila
una
resina
blanquisca
i
del
olor
del
incienso.
Los
campesinos
la administran
en
parches
contra
las
contusiones
i
lceras
ptridas
;
cicatriza
las
heridas recientes
;
consolida
las
quebraduras
i
luxaciones
;
mitiga
los
dolores
de
cabeza
producidos
por
fluxiones
o
jaqueca
;
en
fin,
se usa como
diurtico,
en
pildoras,
para
facilitar
i
limpiar
las
lceras
venreas
;
pero
la
mas
grande
riqueza
de
este
rbol,
consiste
en
la
gran
cantidad de
pinas
que
producen
las
hem
bras. Dicha
pifia
necesita
dos
aos
para
madurar,
i contiene
mas
de
cien,
i
a
veces,
hasta
doscientos
piones
de
un
gusto
excelente
i mui
parecido
al
dlas
castaas."'
Gay.
Los
piones
son
considerados
como
afrodisiacos,
i
su
harina
como
emoliente
i resolutiva.
Santiago,
setiembre
de
1860.
SEGUNDA
PARTE.
Los
elementos
de la medicina
reposan
sobre
las lecciones suministradas
por la
misma
natura
leza,
sobre
loque
la
observacin
nos
ha ensea
do que
daa,
i sobre
lo
que
la
casualidad
nos
ha hecho
ver
que
es
til.
Frank.
Med.
prctica.
Yaque
en
la
primera
parte
de mi
trabajo
(que
tuve
el
honor de leeros
en
una
sesin
que
celebraisteis
con
el mismo
obj
eto
que
la
presente
en
el
mes
de octubre del
ao
pasado)
me
ocupo
de examinar
las
plantas
per
tenecientes
a
la gran
clase
de los De
cotiledones,
fltame ahora
hallar de
los
Monocotiledones
i Acotiledones.
Voi,
pues,
ahora,
a
llenar
ese
vacio
para
completar
el
fin de
la obra
i
del
trabajo.
Si
en
la gran
clase
botnica
que ya
he
examinado
se
presenta
a
la
consideracin
del
mdico i
del
farmacutico
un
arsenal bien
provisto
de
vejetales
medicinales,
no
puedo
decir lo
mismo
de
las dos
clases
restan
tes.
Lo
que
en
aquellas
sobra,
falta
en
stas.
No hai
en
ellas la lei del
equilibrio.
No
j
orque
entre
los
Monocotiledones
no
existan
algunas
plantas
medicinales
i
algunas
otras
sin
las
que
la
humanidad
no
podra
subsistir
quizs,
i
que
por
eso
forman
uno
de los
artculos
mas
precisos
para
la
existencia
humana,
ni
entre
las
plantas
celulares
algunos
veje
tales
de
un
consumo
bastante
jeneralizado,
sino porque
apenas
se
divi
sa
a
lo
lejos
una
que
otra
en
medio
de
un
inmenso
catlogo,
como
los
escasos
i
repartidos
rboles
que
dan
sombra al
viajero
en
medio
de
las
estensas
pampas
del desierto.
Como
siempre,
he
tratado
de detener
mi
paso
vacilante
ante
el
majes-
1...,43,44,45,46,47,48,49,50,51,52 54,55,56,57,58,59,60,61,62,63,...66