34
mayor
nmero?
Jzguelo quien
ejuiera.
El
cacique
no
cuenta
con
la
obedincia
de los que
llamaria sbditos. Si
l
manda
aura
indio
una
cosa
cjue
no
le
agrade,
ura
no
quiero
deja
ai
caciejue
en
pazi tranquilo
sin
atreverse
a
pasar
adelante
a
no ser
cjue
quiera
esporaerse. Si
l
entiende
era
alguna
demanda,
el
cjue
sale
pena
do
le
desobedece
impunemente,
i
ura
indio
cualquiera
era
su
presencia,
pior
insignificante,
por
despreciable
que
sea,
puede
no
solo
modificar,
sino
variar,
i
contrariar
publicamente
esa
sentencia,
basta que
se
crea
apoyado
pior
otros,
de
lo
quejene-
ralmente
est
seguro
(
1
)
.
(1)
Presencio
uno
de
esos
actos
de
desobedincia,
i
desprecio
a un
cacique
de
los
Htiylliches
(Llevul)
de los
mas
respetados
por
ail. Llam
el
cacique
unos
seis indios
para
encargarles
cierta
comision;
ellos lo
resistieron
protestando
no
poder:
instados
con
alguna
acritud
por el
cacique,
contestaron
resueltamento
con
su
aylain:
no
queremos:
ame-
nazados
entonces
por
el
cacique,
le
insultaron,
i
a su
vez
retornaron
amenazas:
hasta
aqui
solo
lleg
la
enerja
dei
cacique,
i
call
temblan-
do:
los
sbditos
se
despidieron
en
santa
paz.
Observndole
yo
que
^co
mo
siendo
im
cacique
de
tanto
nombre
se
veia
asi
despreciado
por
in
dios de'
tan
poo valor?
me
contesto: No
sabes
tu.
Padre,
lo
que
es
esta
canalla:
no
solo
Malon
debo
temer
de
ellos,
sino
aun
que
me
quilen
la
vida: basta
solo
que vayan
a.
hacer
invitacion
a
oiros,
i
yo tendr qne
huir
de
aqui,
si
alcanzo
a
hacerlo,
dejando
todo
cuanto
tengo
aban
donado
a su
codicia,
que
lodo
lo
robar,
incendiando
en
seguida
mi
casa:
qu
crees
que
entre nosotros
es como
entre
los
espanoles?
Nadie
est
libre
de
iin
Malon.
Estando
alojado
en
Puren
en casa
de
Melin
cacique
anciano de los
mas
influyentes
i
respetados,
en
aquellas
tribus,
presencie
una
curiosa
demanda,
su
sentencia,
i
el
aniquilamiento
de ella
porem
indio que ai
parecer
nada
valia por
su
aspecto
i
por
su
vestimento todo
andrajoso,
i
esto
en
presencia
dei mismo
Melin i
mas
des cincuenta
araucanos, que
apiaudieron
el
desprecio
de
su
Jeje.
El
hecho
pas
asi.
Una tarde
ai
ce
rrar
la
noche,
se
presentaron
alli
unos
cuatro
indios
pidiendo
permiso
ai
cacique
para dar
un
Malon ai
ven
ir
el
alba
a
ciertos indios
mui
ve-
einos
de
alli
por
algunos
agravios
que decian
haber
recibido
de
uno
de
los
parientes
de
aquellos;
que aunque
se
hallaba
ausente,
segun
la
cos
tumbre
de
la tierra
sus
deudbs
debian
satisfacerlos,
i
pagarlos.
Con
cedido
por
Melin
el
permiso,
dieron el
asalto
a
la
hora
acostumbrada,
llevndose
una
manada de
yeguas:
sentidos
por
los duenos fueron
per
seguidos
i
alcanzados,
formndose
una
refriga
de
paios
i
baleadores,
1...,29,30,31,32,33,34,35,36,37,38 40,41,42,43,44,45,46,47,48,49,...171