DESASTRES ASOCIADOS AL CLIMA
EN LA AGRICULTURA Y MEDIO RURAL EN CHILE
2009
DESASTRES ASOCIADOS AL CLIMA
EN LA AGRICULTURA Y MEDIO RURAL EN CHILE
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son la hortofruticultura, la ganadería caprina, el cultivo de flores, cereales, y la actividad
apícola y avícola. Entre las regiones VII y VIII, los rubros más importantes son el hortofrutí-
cola, la ganadería caprina y bovina, la vitivinicultura, la actividad forestal, y la producción
de semillas, forraje y cereales. Más al sur el clima se vuelve más lluvioso, así, en la IX Región
hay mayor preponderancia de la actividad forestal, seguida de la ganadería bovina, y los
cultivos anuales, de chacras, de cereales y forraje. En la X Región destaca principalmente la
actividad ganadera de carne y leche, especialmente la bovina, y la producción de forraje y
otros cultivos. Finalmente, en las regiones XI y XII, la principal actividad agropecuaria que
se realiza es la ganadería de ovinos (INE, 1997).
En el país, la actividad agrícola es desarrollada por productores con predios de distintos
tamaños, entre los cuales se encuentran los de subsistencia, pequeños productores co-
merciales, medianos y grandes agricultores. Los pequeños productores son los más nu-
merosos (COMSA, 2008b). Según ODEPA (2005), el menor número de explotaciones está
en manos de productores grandes (2,9%), que ocupan alrededor del 55% de la superficie
agrícola utilizable. En tanto, la mayor participación de agricultores se concentra en explo-
taciones de subsistencia y pequeños empresarios (84,6%), los cuales ocupan un bajo por-
centaje de la superficie agrícola utilizable (22,6%).
Entre los riesgos climáticos que afectan a la agricultura se encuentran heladas, lluvias ex-
tremas, sequías, vientos, granizos o nieve, los cuales dependiendo de sus características
pueden provocan daños en los cultivos y pérdidas económicas. Las consecuencias que
estos eventos traen consigo son, por ejemplo, la merma total o parcial de su capital de
trabajo, contraer deudas que sobre pasen su capacidad de pago, barreras que les impiden
invertir, riesgo de perder su actividad productiva, e incluso pueden llegar a perder sus bie-
nes y terrenos (COMSA, 2008a).
Los grandes desastres producto de la ocurrencia de eventos extremos (como lluvias extre-
mas y períodos de sequías) están generalmente ligados a ciclos de precipitaciones sobre
lo normal, a los que siguen amplios períodos secos. Estos ciclos se relacionan con el fenó-
meno‘El Niño’, que se presenta aproximadamente cada dos a siete años, con una duración
anual o bienal; por su parte‘La Niña’que es el fenómeno inverso a‘El Niño’, provoca sequias
extremas y prolongadas sequías (Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura
y la Alimentación -FAO-, 2008). La Red (2003) define al fenómeno de El Niño como un “fe-
nómeno que genera anomalías globales o regionales en el clima, tales como sequías, olas
de calor, epidemias pero también lluvias, inundaciones y aluviones, así como epidemias y
heladas entre otros”, efectos que dependen de la zona que se vea afectada, y define a La
Niña como un fenómeno simétrico a El Niño. En Chile entre las regiones III y VII, producto