Repensando la regulación de las aguas: crisis socioambiental y proceso constituyente
690 ARIEL ESPINOZA GALDAMES - MAXIMILIANO BAZÁN HEREDIA Págs. 687 - 708 C apítulo V: C ontaminación de las aguas humano y a muchas formas de vida silvestre . Los plaguicidas también reducen la biodiversidad, ya que destruyen hierbas e insectos y con ellos las especies que sirven de alimento a pájaros y otros animales”. Frente a estos riesgos, la FAO ha establecido un Código Internacional de Conducta para la Distribución y Utilización de Plaguicidas 7 , el que en su artículo 5 dispone: “5.1 Los gobiernos deberían: 5.1.1 implementar una política de plaguicidas y un sistema de registro y con- trol de plaguicidas según lo indicado en el artículo 6; [...] 5.1.11 implementar un programa de vigilancia de los residuos de plaguicidas en alimentos, piensos, agua potable, el medio ambiente y las viviendas en las que se hayan aplicado plaguicidas”. Como se aprecia, resulta altamente necesario para la prevención de daños de mayor envergadura la vigilancia permanente del impacto de la aplicación de agrotóxicos en los cursos de agua. En este ámbito, destacan los esfuerzos de investigadores de la Universidad de Concepción, que a través de estudios detectaron la presencia de pesticidas y otros compuestos asociados a ellos en las aguas superficiales de la cuenca del río Cachapoal 8 , lo cual da cuenta del peligro inminente que este tema representa para la población y los ecosistemas acuáticos. Atendiendo a lo ya mencionado, el presente artículo pretende contribuir al análisis sobre la existencia y eficacia de normas jurídicas en relación a la contaminación de aguas por pesticidas. 23.2. El contexto de Chile y la política de la “PotenciaAlimen- taria” En Chile, la superficie cultivable se estima en 5,1 millones de hectáreas (ha), en tanto la superficie cultivada en 2012 era de 1.794.000 ha, distribuida en 457.000 ha en cultivos permanentes y 1.337.000 ha. en cultivos tempo- rales. Esta superficie cultivada corresponde aproximadamente a un 2 % del territorio, mientras que la población económicamente activa en agricultura 7 FAO y OMS (2014), p. 14. 8 C liment et al. ( 2015), p. 2.
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