Repensando la regulación de las aguas: crisis socioambiental y proceso constituyente
582 JUAN CARLOS CISTERNAS FRIZ Págs. 573 - 620 C apítulo IV: P rotección de los cuerpos de aguas y desafíos del cambio climático El tiempo ha demostrado que las políticas y el régimen de protección de las aguas en Chile son deficitarios y requieren de grandes innovacio- nes, teniendo en cuenta la información internacional y los derechos so- ciales sobre los cuales la jurisprudencia ha construido una doctrina hídri- co-jurídica. Cabe recordar que la génesis del derecho humano al agua y al saneamiento se encuentra en una serie de conferencias internacionales, celebradas en el contexto de las estrategias para el medio ambiente y el desarrollo. Así, en la Declaración de la Conferencia de Naciones Unidas sobre el Agua, suscrita en Mar del Plata en 1977, se reconoce como dere- cho de todos los pueblos el poder “disponer de agua potable en cantidad y calidad suficiente para sus necesidades básicas”. Posteriormente, la De- claración de la Conferencia Internacional sobre Agua y Medio Ambiente, adoptada en Dublín en 1992, dispuso que “es esencial reconocer ante todo el derecho fundamental de todo ser humano a tener acceso a un agua pura y al saneamiento por un precio asequible” (principio 4). Y de la Con- ferencia de Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo, celebrada en Río de Janeiro en 1992, derivaron una serie de instrumentos internacionales en materia ambiental, entre ellos el Programa 21, en el que se reconoce que el estrés hídrico y la progresiva contaminación de las aguas requieren una planificación y una gestión integrada de los recur- sos hídricos (párrafo 18.3). Pese a tales antecedentes, en Chile el proceso regulatorio del recurso comenzó en el año 1999 (con la excepción del CdA), cuando conocimos la “Política Nacional de Recursos Hídricos”, que nos alertó sobre la ne- cesidad de aprovechamiento del agua de forma sustentable y asegurar la protección del medio ambiente. El objetivo de esa política fue asegurar, en lo relativo a la disponibilidad de agua, el abastecimiento de las necesidades básicas de la población. Han pasado veinte años de innumerables estudios, diagnósticos y propuestas 27 , sin la contundencia necesaria para evitar un escenario absolutamente previsible. 27 Una propuesta concreta plantea utilizar el agua de mar. Así, el agua de mar para el consumo humano requiere de un proceso de desalinización, una técnica madura, de fácil implementación, que se utiliza en Chile y en muchas partes del mundo. La pri- mera planta construida en el país fue en el año 1917, en Antofagasta. En Chile existen cientos de plantas desaladoras, de distintas escalas, que se utilizan para diferentes objetivos. La industria minera y algunas empresas de agua potable lo están haciendo desde hace unos veinte años. Más del 80% del agua potable de Antofagasta se obtiene de plantas desalinizadoras que funcionan desde el año 2003. M uñoz (2020), passim .
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