Repensando la regulación de las aguas: crisis socioambiental y proceso constituyente

432 BENJAMÍN PÉREZ - SEBASTIÁN ABOGABIR MÉNDEZ Págs. 419 - 448 C apítulo III: R egulación de las aguas como plazo para presentar indicaciones, el 22 de octubre de 2018. El 7 de noviembre de 2018, se amplía plazo para presentar indicaciones, hasta el 19 de noviembre del mismo año. El último movimiento del proyecto fue el 22 de noviembre de 2018, indicando que se encuen- tra en segundo informe de comisión, realizándose un comparado de indicaciones. Es interesante destacar que los proyectos antes descritos tienen dos ob- jetos: por una parte, en la obligación específica de utilizar agua de mar en procesos mineros de cierta envergadura, y, por otro, busca dotar de faculta- des al Estado para construir este tipo de proyectos. Por lo tanto, se centran en una finalidad y objeto preciso en su utilización más que adoptar medidas claras para facilitar y hacer más expedita la tramitación de concesiones marítimas necesarias para la implementación de proyectos de desaliniza- ción para consumo humano, por ejemplo. Seguidamente, tampoco existe un reconocimiento a la posibilidad de desarrollar proyectos de pequeña es- cala, que doten de agua a comunidades rurales, centrándose únicamente en grandes consumidores de aguas. Fallan, entonces, los proyectos citados en potenciar el uso de agua de mar como una fuente esencial de abastecimien- to hídrico, con la finalidad de destrabar el desarrollo y ejecución de este tipo de proyectos e integrarlos, quizá, a la regulación del Código de Aguas. Por lo anterior, estimamos que existe aún una deficiente aproximación a este tema, con el objeto de proponer una matriz hídrica diversificada, con un importante componente en el uso de agua de mar. 15.4. Utilización de aguas grises A nivel nacional, nuestro país tiene una gran disponibilidad de recursos hídricos. La escorrentía media total –aquel volumen de agua que escurre por los cauces superficiales y subterráneos– está muy por sobre la media mundial: mientras en nuestro país la media es de 53.000 m 3 /persona/año, a nivel mundial este alcanza los 6.600 m 3 /persona/año, lo que es muy supe- rior al valor de 2.000 m 3 /persona/año que se estima como mínimo requeri- do para el desarrollo sostenible de cualquier país. Pero estos números nos pueden llevar a confusión, en especial, en el norte de nuestro país donde en algunos casos alcanza solo a 0,01 m 3 /s. Así, es evidente que tenemos como país una gran desigualdad en disponibilidad de agua, por lo que debemos adoptar medidas necesarias para su acceso. Una de ellas es la reutilización

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