Repensando la regulación de las aguas: crisis socioambiental y proceso constituyente

411 14. REVISIÓN A LOS INSTRUMENTOS REGULATORIOS DE RESPUESTAA LA ESCASEZ HÍDRICA... Págs. 389 - 418 C apítulo III: R egulación de las aguas una situación “extraordinaria” o de emergencia. La escasez de agua es un problema estructural, recurrente y, a estas alturas, una situación normal en nuestro país. El entender a la escasez hídrica como un fenómeno extraordinario se ha traducido en que la respuesta administrativa para abordar la problemá- tica es a través de un descoordinado tratamiento de emergencia basado en instrumentos inorgánicos como el decreto de escasez (DE), la declaración de emergencia agrícola (DEA) y el estado de excepción constitucional de catástrofe por sequía (EECC) y abastecimiento mediante camiones aljibes. En la dictación de estos instrumentos participan variados actores que no necesariamente conversan; incluso duplican esfuerzo y labores. Ello, ade- más, teniendo presente que el contexto de excepción por escasez, a la larga, desemboca en un millonario y creciente gasto público, que merma dramá- ticamente el erario público Además del carácter de extraordinario, todos estos instrumentos entien- den la falta de agua como un fenómeno natural: una “sequía” que debe ser analizada en base a criterios hidrometeorológicos. Se dejan así de lado consideraciones sociales, económicas, políticas y culturales relativas a la gestión del agua que afectan su disponibilidad, como problemas distribu- tivos, sobreexplotación, usos económicos versus consumo humano o con- taminación. Problemas que, por ejemplo, quedan patentes en el abasteci- miento de agua a través de camiones aljibes, donde no necesariamente hay una relación entre las regiones con mayor gasto público por este concepto y las declaraciones de escasez. En suma, el sistema regulatorio nacional cae en un peligroso escenario de normalizar la emergencia. Ello se grafica, por ejemplo, en la situación que vive la provincia de Petorca, que desde el año 2010 cuenta con perió- dicas dictaciones de decretos de escasez, y, desde 2012, con decretos de estado de excepción constitucional de catástrofe por escasez, además de tener que ser constantemente abastecida de agua potable para camiones aljibes, sin que ello signifique un mejoramiento del balance hídrico, así como tampoco de la calidad de vida de las personas. Se propone poder avanzar en una política nacional de la escasez hídri- ca que permita dar una adecuada respuesta pública frente a la entidad del problema. En este sentido es clave reformular el concepto de escasez, a fin de poder generar regulación y política pública de la escasez hídrica acorde

RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=