Repensando la regulación de las aguas: crisis socioambiental y proceso constituyente

201 8. GOBERNANZA LOCAL DELAGUA EN CONTEXTO DE CAMBIO CLIMÁTICO... Págs. 189 - 218 C apítulo II: G estión y gobernanza de las aguas “No pueden morir las costumbres, menos asociadas a la tierra. Todas las cos- tumbres que tienen que ver con la tierra es como si dejáramos de hacer el pago a la tierra, se va la vida, se va la cultura” (E3). Sobre este punto, señalan que las nuevas generaciones están optando por trabajos en los rubros de turismo o la minería y que prefieren perder el agua que les corresponde para el regadío al construir cabañas sobre predios agrícolas. Así, las raíces que ligan a la comunidad indígena con las prácti- cas agropecuarias se estarían perdiendo, junto con el sentido de identidad indígena: “Yo no puedo decir ‘soy lickanantay’ cuando no siembro po. Una etnia, una cultura indígena se basa por el respeto y el amor a la tierra” (E3). B) Marco legal, relaciones con el Estado y privados La percepción de que la actividad agrícola ha disminuido está acompa- ñada, por un lado, de la percepción de una progresiva disminución de los caudales, pero también por la percepción de que otros actores han entrado en juego (mineras y hoteles turísticos), amparados por lo establecido por el CdA. En este sentido, el Código es visto como un cuerpo legal que “priva- tiza, mercantiliza, no le da al consumo humano la prioridad, sino que se lo da a los privados” (E8). Las críticas de las comunidades también apuntan a que es una ley que “se pensó en otra época […] está totalmente desac- tualizado para el contexto” (E1). Esta ley, dicen, “piensa que todo Chile es igual” (E1) y que “nosotros no somos igual que en el sur. Cada uno tiene que verse con otra visión y la ley es pareja en Chile. Todos los chilenos lo mismo y no po , no es lo mismo, son realidades totalmente distintas” (E2). De esta forma, las comunidades son críticas con el CdA señalando que “[e]l CdA actual no favorece en nada a las comunidades, yo creo que es un C ó digo que no favorece a nadie, no solo a las comunidades, sino que a la sociedad chilena en general” (E8). Esta situación es vista con desespe- ranza por los entrevistados, quienes argumentan que “nunca vamos a sacar una empresa de aquí. Que el gobierno entregue los territorios ind í genas, que los devuelva, cosas que firmo el Convenio 169 [...]. El agua tampoco, nunca la van a entregar” (E2). La privatización del agua también posee efectos prácticos en la gestión comunitaria. Al respecto, comentan que “esas aguas el gobierno se las pasa a las mineras, entonces... no hay acceso ahí, hay restricci ó n del agua, ya.

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