Repensando la regulación de las aguas: crisis socioambiental y proceso constituyente

192 CATALINAVALENZUELA ROA Págs. 189 - 218 C apítulo II: G estión y gobernanza de las aguas 8.2. Antecedentes territoriales, culturales y marco legal El desierto de Atacama es el lugar más seco de la tierra y sus habitan- tes han gestionado históricamente el agua para la agricultura y el pasto- reo, valiéndose de prácticas ancestrales de gestión local de los recursos naturales 5 . El altiplano se caracteriza por un clima semiárido, donde la mayor parte de las precipitaciones ocurren en verano 6 . Las aguas derivan de fuentes de agua subterráneas y del derretimiento de hielo en cuencas que se denominan cerradas o endorreicas 7 . Los principales afluentes del salar de Atacama son los ríos San Pedro y Vilama. Ambos ríos descargan en el salar en las cercanías de San Pedro de Atacama 8 . Dada la extrema condición climática del desierto, las comunidades atacameñas o Likan Antai (en kunza), agrupadas en pequeños pueblos y ayllus , han sobrevi- vido por miles de años aprovechando las limitadas fuentes de agua que dan vida al oasis. Esto ha marcado su especial relación cultural con el agua y la naturaleza, vinculada a la cosmovisión andina que prevalece en los rituales a la Pachamama o Patahoiri, presencia espiritual dentro del territorio del cual el agua o la Puri forma parte 9 . Así, por ejemplo, en la limpia de canales se invoca a cerros tutelares o mallku y a la Pachamama para pedir por la abundancia del agua 10 . Asimismo, la limpia de canales constituye una actividad comunitaria, política e identitaria que reafirma las formas de pertenencia personal, familiar y comunitaria 11 . Además, el riego es una de las actividades de mayor relevancia en la organización atacameña y forma parte principal de la vida social y productiva de los ayllus 12 . La relación de las comunidades indígenas con los recursos naturales ha sufrido diversas transformaciones durante la historia. Los procesos de “chilenización” del siglo XX provocaron una progresiva pérdida de con- 5 P rieto (2015a), p. 220. 6 G arreaud et al . (2003), p. 5. 7 Y áñez y M olina (2011) , passim. 8 C omité de M inería N o M etálica (2018), p. 76. 9 B abidge (2016), p. 92. 10 C astro y G uarda (1994), passim. 11 B olados y B abidge (2017), p. 202. 12 S epúlveda et al. (2015), p. 200.

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