Repensando la regulación de las aguas: crisis socioambiental y proceso constituyente
Págs. 159 - 188 C apítulo II: G estión y gobernanza de las aguas 179 7. EL NUEVO MARCO REGULADOR DE LOS SERVICIOS SANITARIOS RURALES LEY N° 20.998... político dirigido por una élite conservadora que ha ejercido el control cen- trándose solo en sus propios intereses durante treinta años 67 . Así, desde el retorno a la democracia, solo se han producido dos reformas “importantes” del marco institucional del agua. La primera fue tramitada en el Congreso durante 15 años (1991-2005), sus resultados fueron mínimos y no alteró los fundamentos del sistema. La segunda comenzó en 2012 y continúa hoy en el Congreso, políticos, parlamentarios y el Ejecutivo han retrasado con- tinuamente su tramitación, obstaculizado principalmente por sectores que quieren perpetuar el sistema actual 68 . Hay muchas partes interesadas en las cuencas, particularmente en las zonas rurales porque el uso del agua tiene un impacto sinérgico, hay cuatro grupos principales: a) Sector gubernamental. b) Empresas agroindustriales/mineras/forestales u otras. c) APR. d) Familias o agricultura locales. El estrés hídrico ha generado conflictos en las comunidades rurales. La causa principal del problema es el agua utilizada para los agronegocios, forestales o la minería, ya que la situación de monopolio de los DAA fa- vorece a estos sectores y, en algunos casos, se suma la extracción irregular de agua 69 . Las empresas agrícolas, mineras o forestales tienen DAA adquiridas por ley o comprados en el mercado y un poder político significativo sobre los organismos reguladores 70 . Así, el poder de los agronegocios/forestales, amparados en sus DAA y su poder económico, genera que se encuentren en una posición segura y no tienen la urgencia de cambiar las cosas en el sector rural, existiendo un gran desequilibrio de poder entre las partes inte- resadas relevantes del agua. 67 G arretón (2013), passim . 68 B auer (2015), passim . 69 T amayo y C armona (2019), passim . 70 Las actividades agrícolas, principalmente los agronegocios, utilizan más del 70 % y las actividades mineras más del 10 % del agua dulce disponible. M inisterio de O bras P úblicas (MOP) (2020).
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