Repensando la regulación de las aguas: crisis socioambiental y proceso constituyente

100 TOMÁS DE REMENTERÍAVENEGAS Págs. 97 - 128 C apítulo I: H acia el reconocimiento del derecho humano al agua en una nueva C onstitución ha llegado a darle un carácter comunitario que rechaza la apropiación de la fuente y el acaparamiento del recurso. Las cosmovisiones precolom- binas de América han reconocido un carácter sacro al agua como fuente misma de la vida e integrante fundamental de los enormes lazos de estos pueblos con la tierra. La Premio Nobel de la Paz, Rigoberta M enchú , lo explica así: “El pensamiento maya es incompatible con la privatización del agua. En prin- cipio, es un bien que pertenece al colectivo de seres que habitan el planeta: las plantas, los minerales, los animales y las personas. No pertenece solamente a las personas y a su entorno más inmediato, sino a su entorno extendido, que va más allá de una comunidad particular o pueblo. Y, además, abraza a cada hom- bre y mujer que habita el planeta, pero también a cada especie animal y vegetal que desde la cosmovisión se entienden, aun con sus propias características, como parte integral de la creación y del Cosmos” 6 . En el Lejano Oriente, la filosofía taoísta, en su libro esencial, Tao te King, señala: “La Suprema Bondad es como el agua. El agua es buena y útil a los diez mil seres por igual. No tiene preferencias por ninguno en especial” 7 . Por su parte, el islam reconoce la obligación de compartir el agua en la compilación canónica Sahih-al-Bukhari, que señala en un hadiz : “Hay que dar a los otros el agua que no se utiliza para sí mismo, así como el agua necesaria para extinguir la sed” 8 . Por su parte, en la cultura cristiana, el agua ha tenido siempre un lugar privilegiado. En efecto, la idea de no negar el agua viene dada por las escri- turas bíblicas y su relación al bautismo. Específicamente, el apóstol P edro , en el libro de los Hechos de los apóstoles , expresó: “¿Puede acaso alguien negar el agua para que sean bautizados éstos que han recibido el Espíritu Santo lo mismo que nosotros?” 9 . Esta posición se ha reforzado en el tiempo a través de las instituciones eclesiásticas católicas, como la declaración del papa J uan P ablo II a través 6 M enchu (2008), p. 18. 7 L ao -T se (2017), p. 8. 8 B ukhārī (2007), vol. 3, Libro 40, no. 543-544. 9 Hechos 10:47, en VV. AA. (2005).

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