ACU rescatando el asombro: historia de la Agrupación Cultural Universitaria
ordenanzas, sino que concluían la obra tendiendo una 1nalla de hilos sobre los espectadores dejándolos literalmente apri- ~donados en ella. "El Cuento del Tío" presentaba una estructura novedosa, sin escenario, con actores entremedio del público con máscaras de corte carnavalesco, zancos y o tros elementos propios del circo teat ro y que los estudiantes de medicina venían de desarrollarlos tradicionalmente en las "Semanas de la Facultad de Medicina". Así recuerda Ernesto Payá, estudiante de medicina y actor del grupo Enredo, e Isabel Liphtay, entonces periodista de Revista Hoy, la presentación de esta obra que, como muchas de la época, no tuvo nunca texto escrito y era en gran parte improvisada, por lo que nos queda de ella tao sólo el material gráfico y el recuerdo de los que la vieron: "La pieza comienza con un tipo que habla, que nunca se sabe muy bien quién es, que empieza a dar órdenes, entonces aparecen unos tipos que somos nosotros que estamos vestidos de payasos y que tenemos que lograr que esas órdenes se cum- plan y que no quedan muy claras, son órdenes absurdas, son órd<::nes como tontas, pero se nota que hay una autoridad, en- tonces lo que tenemos que hacer nosotros básicamente es mantener y convencer a un grupo muy grande de gente de una cierta realidad que ya no existe, y que tenemos que conducirlos de cierta manera a que hagan cosas de cierta manera. (...) El público comprende que está como en una especie de circo no más, los payasos que hacen cosas, que son como entretenidos, pero que lentamente los van conduciendo a determinadas cosas, les empiezan a quitar cosas al público. (...) Recuerdo que teníamos en un momento que encerrar al público con una malla, tuvimos que hacer una malla y encerrar a la gente debajo, los encierran, es un juego, es un juego pa'I público pero se va presionando la cosa y en algún momento, y eso pasaba en la pieza, la gente ya no se reía, la gente empieza a cachar que hay algo extraño. (...) Entonces se les empiezan a prohibir cosas, si alguien se quería levantar o parar, lo tomaban y lo sentaban, no te podís parar y la gente se empieza a inco- 1nodar. La historia termina en que el público queda aprisionado, encerrado, reprimido, comprimido, con una serie de prohi- 78/víctot muñoz tamayo
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