ACU rescatando el asombro: historia de la Agrupación Cultural Universitaria

les parecía que hacían lln ruido estrepitoso, de la misma forma 9ue las salidas a "rayar" parecían eternas, aunque fuesen tan solo para marcar una erre de resistencia en medio de un círculo. Se conformaba así un;i generación 9ue compartía el sobresalto, la tensión y el miedo como constantes en sus vidas, acostum- brándose a escribir infor1nes en letr;i minúscula y en papeles delgados a modo de facilitar una forzosa digestión, procurando que cada reunión tuviera Ja "señal de normalidad" a la vista, una escoba apoyada en la puerta, un juguete de niño en el piso, algo que indicara que no habían llegado los aparatos re- presivos al lugar de encuentro. Fueron jóvenes que se rela- cionaron con nombres falsos, en encuentros más que fugaces que empezaban con una contraseña, jóvenes que procuraron no recordar nombres, ubicarse siempre en lugares de los que fuese fácil escapar o en los que fuese difícil sorprenderlos, alarmándose si un auto frenaba abruptan1ente o si se escuchaba el ruido de una sirena. "En esa misma época (1975) llegaban unos folletos, unos textos que era fundamental que uno y la gente leyera -com- pañero usted tiene que distribuir esto-, y uno salía con unos mamotretos así de ocho hojas en mimeógrafos a tirarlos en la noche en los jardines, y yo me acuerdo que el ruido que hací-an al caer a los jardines a mi me parecía estrambótico". (Gregory Cohen) "Uno de nosotros escribirá la frase. La pintura y la brocha están detrás del auto. Dos vigilarán apostados en las esquinas opuestas. Cualquier problema hacen una señal, si lban, lanzan una piedra. -¿ Está claro? -nosotros decimos que sí con la cabeza sin pronunciar palabra. -Lo mejor es que yo raye mientras ustedes sapean, soy rápido para trazar las letras, a menos que tengan objeciones. (...) Sonia tiene miedo, trata de hacerse la indiferente. La delata el sudor helado que corre por su cuello y seguramente por su espalda y su pecho. Va más rápido que lo necesario. De con- tinuar así le diré algo. L:i. prudencia ante todo. Atrás Ulises sobándose las manos, estrujándoselas más bien, su primera salida en estas condiciones. Las primera vez yo estaba muerto 46/víctor muñoz tamayo

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