Nueva educación pública: evidencia para los desafíos de futuro
428 La investigación sobre niveles intermedio es relativamente escasa si le compara con otros ámbitos educativos o niveles de liderazgo, como el escolar, y, por esta raz n, no hay comprensión plena de cómo este nivel influye en los resultados educativos. En los países de la OCDE, los estudios este nivel se han centrado en las capacidades y procesos de toma de decisiones y su papel dentro del sistema educativo como generadores de procesos de cambio y apoyo a centros educativos en temas de enseñanza y logros de aprendizajes (Honig 2008; Honig y Coburn 2008; Fullan, 2015). Hay investigaciones que se circunscriben a países de ingresos altos, como Finlandia (desarrollo docente y confianza), Singapur (desarrollo profesional), Canadá (desarrollo de estructuras intermedias) o Reino Unido (fomento del trabajo en red), cuyos resultados permitieron mejorar las condiciones para que los sistemas tuvieran mejores resultados (Tournier, Chimier, Childress y Jones,2023). En América Latina, sin embargo, no hay muchas investigaciones sobre el nivel intermedio. Una de ellas, de reciente data (Rivas, 2020), da cuenta de gobernanzas muy disímiles, en que el contexto (migración, violencia, vulnerabilidad social) y capacidad econ mica para mantener infraestructura básica, son muy distintas a las que se presentan en el norte global, que dispone de sistemas educativos descentralizados con larga historia. Las conclusiones de los informes más recientes sobre este nivel indican que hace falta desarrollar más investigaciones que expliquen causalmente cómo los niveles intermedios logran mejorar los resultados educativos. Se menciona, además, que es necesario desarrollar marcos teóricos robustos para abordar este tipo de investigación (Tournier, Chimier, Childress y Jones,2023; Adelman y Lemos, 2021). De ahí la importancia de acumular evidencia como el ejercicio realizado en este libro. Sin embargo, sí se dispone de evidencia que reconoce una tendencia, particularmente en los países de ingresos bajos, a que el nivel intermedio no desarrolle capacidades de apoyo sino más bien cumpla el rol de “oficina de correos” (Aiyar y Bhattacharya, 2016), es decir, de vaso comunicante entre el nivel macro y micro. En estos casos, su nivel de influencia en los procesos de mejora es bajo, pero, además, se convierten en generadores de las altas Comentarios finales cargas del trabajo administrativo que deben responder las escuelas. Esta presi n puede ser aún mayor si el nivel macro asienta su gestión en un aparato institucional diseñado en mecanismos de rendición con alta frecuencia y consecuencias (Ehren y Baxter, 2021). Por lo anterior, proyectar un nivel intermedio con altas capacidades sin considerar estas distinciones institucionales resultará un análisis incompleto. Tal como lo plantea Elmore (2010), cuando las reformas pierden su foco y descuidan el núcleo pedagógico, sin tener claridad de los objetivos curriculares, la relación entre profesores y estudiantes, las prácticas pedagógicas, suele no producirse el cambio esperado. Contar con un nivel intermedio que refuerce el sistema educativo y apoye adecuadamente el trabajo de los equipos directivos de los centros educativos y sus profesores resulta fundamental. Justamente, hay mucho conocimiento desarrollado que da cuenta que la docencia es relevante en los procesos de enseñanza y aprendizaje de sus estudiantes y relaciona este resultado con la reflexión y revisión permanente de las prácticas, por parte de los docentes (Hattie y Smith, 2021) y los directivos (Grissom et al., 2021). En base a los resultados presentados por el libro y la revisi n del estado del arte de la investigación en este ámbito, debiese ser una aspiración para los próximos años que los SLEP desarrollen estrategias no sólo para trabajar con los equipos directivos, sino también para impulsar la capacidad de agencia de los profesores y las profesoras para un mejoramiento permanente de sus prácticas, lo que también aportaría a mejorar el nivel de relación y conocimiento del SLEP de parte de estos actores. Reconocer qué capacidades y circunstancias inciden en cada centro educativo para iniciar procesos de cambio y mejora (Farrel y Coburn, 2017) resultará fundamental para diseñar las estrategias de acompañamiento por parte del nivel intermedio. Así como se requiere de capacidades, también se necesita de institucionalidad. La capacidad de acción del nivel intermedio requiere de adentrarse y comprender a cabalidad los tipos de gobernanza, las modalidades de descentralizaci n y sistemas regulatorios como los de mercado u otros (Bellei y Muñoz, 2021). En este marco, los equipos de nivel intermedio deben avanzar en implementar una estrategia de integración permanente con jardines infantiles, escuelas y liceos, que facilite un proceso de
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