Nueva educación pública: evidencia para los desafíos de futuro
418 La implementación de la Ley 21.040, que crea el Sistema de Educación Pública (NEP), representa la transformación institucional más ambiciosa del sistema escolar chileno en décadas. El objetivo fundamental es garantizar la calidad de la educación como un derecho, centrado en la equidad, la convivencia y la formación ciudadana. Las evidencias expuestas en las investigaciones nos permiten examinar los avances y los desafíos persistentes, amenudo interpretados bajo el marco conceptual de la descentralización (política, administrativa y curricular). Puede sonar obvio, pero el escenario de la Nueva Educaci n Pública de Chile es diferente hoy respecto de su momento de inicio. Y eso trae buenas noticias y preocupaciones. Es indiscutible que ha sido un proceso altamente complejo desde múltiples perspectivas -técnicas, políticas y sociales-, tal vez más de lo que la propia Ley esperaba y de los esfuerzos que inicialmente se pusieron -o se quisieron poner- la implementación de esta reforma. Varios de los capítulos del libro dan cuenta de que estos años no han pasado en vano y que la curva de aprendizaje respecto del proceso ha ido en ascenso, mostrando una evolución positiva. Durante los primeros años, la Dirección de Educación Pública y los SLEP tuvieron que asumir y enfrentar los costos de una puesta en marcha para la que el sistema educativo en su conjunto no se prepar de manera adecuada. Sin embargo, estos mismos organismos, en algunos casos apoyados por otros (por ejemplo, universidades), fueron diseñando procesos que no existían o haciendo ajustes en definiciones que no tenían correlato en la realidad, que hacen que hoy en día el acontecer de los SLEP, manteniendo altos niveles de demanda, esté marcado por procedimientos y protocolos clave, especialmente relacionados con el proceso de traspaso. Este es el ejemplo más claro del aprendizaje organizacional producido, la existencia de estándares que dan cuenta de las etapas que ocurren y los procesos que se necesitan para que, al menos, un SLEP pueda entrar en una etapa de funcionamiento regular. El capítulo escrito por María Teresa Fl rez dio cuenta de la evoluci n de este tipo de mejoras de diseño organizacional. Por otro lado, diferentes capítulos del libro, por ejemplo, los escritos por Sim n Rodríguez, Mario Uribe, Juan Pablo Valenzuela, Claudio Montoya Gonzalo Muñoz, José Weinstein y Nicolás Álvarez, dieron cuenta de una relativamente rápida generación de una modalidad de trabajo de acompañamiento y apoyo técnico pedagógico desde los SLEP a las instituciones educativas, la que se ha ido convirtiendo, tal vez, en el principal símbolo del cambio institucional. La capacidad técnica y el foco en los procesos educativos ha sido un aspecto que ha sido destacado por los propios actores -docentes y líderes educativos- como un atributo positivo, considerando la posibilidad de que los establecimientos tengan una contraparte con la que puedan tener conversaciones de carácter especializado, las que, además, se realizan con relativa frecuencia (ya sea de manera presencial o virtual). Esto implica que el foco en lo técnico, por un lado y la cercanía con la que ocurre esa conversaci n, por otro, empieza a verse como un atributo identitario de la manera en que se trabaja en la Nueva Educaci n Pública. Estas modificaciones constatan una aseveración que es relevante y que no puede pasarse por alto: más allá de los problemas -los cuales plantearemos en detalle más adelante-, se ha ido constituyendo una lógica de administración y gestión de la educación pública que reemplaza a la realizada por los municipios. El trabajo de Xavier Vanni y sus colegas observa aquello, señalando que existe cierto consenso en que la institucionalidad actual es más robusta que la que han protagonizado los DepartamentosdeEducaciónMunicipal y lasCorporaciones Municipales, especialmente respecto de su potencial para mejorar la calidad y la equidad educativa. Este hallazgo no puede ser subestimado, considerando, en primer lugar, el amplio consenso que existía de las debilidades y problemas generados por la municipalizaci n de la educaci n y, por otro, la relativamente corta vida de la NEP, en relación con la reforma realizada por la dictadura cívico militar. Estamos entonces en presencia de una nueva manera de gestionar la educación pública y, además, en que se vislumbra una mejor capacidad -aun en potencia- para favorecer lamejora educativa en el sistema. El capítulo escrito por Muñoz, Weinstein y Álvarez da cuenta de un amplio porcentaje de directores de establecimientos de la NEP que califican la reforma como un cambio de paradigma y mencionan que ha traído consigo un mayor compromiso con la educación pública.
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