Nueva educación pública: evidencia para los desafíos de futuro
Capítulo 17: Nuevas Demandas del Trabajo Docente en la Nueva Educación Pública 339 Tiene que ver con eso, con las licencias de los colegas. Estamos muy estresados, entonces sé que hay colegas que están con licencia por el estrés, por la acumulación de trabajo y los que no están… Los que estamos en el aula, eh, también estamos estresados. Pero quizás, nuestra sobrecarga la hemos aprendido a sobrellevar, no sé… No te podría decir todavía por qué no he tenido licencia, si me siento súper estresada. Emocionalmente, estoy cansada. Mentalmente, estoy cansada. En el sentido que es mucha sobrecarga. (Docente 11). Entonces este año algunos colegas han estado todo el año, casi todo el año con licencia, y hemos tenido que cubrir. Entonces, ¿en qué momento avanzo con las estrategias? Entonces cubriendo, hemos perdido ese tiempo en el colegio. Un tiempo que a mí me… Para mí, es fundamental, porque ahí yo avanzo, me motivo, hago muchas cosas, ¿ya?” (Docente 9). Por su parte, la alteraci n en la calidad de la carga laboral estuvo referida a la sensación de desorganización del tiempo laboral en los establecimientos, lo que les dificultaba preparar y abordar los desafíos que tuvo su labor fuera de la sala de clases. Mencionaron, por ejemplo, un desequilibrio respecto a la cantidad de horas de trabajo lectivo y no lectivo, no pudiendo cumplir con las responsabilidades que se esperaba de su rol durante estas últimas. Tal tipo de alteración manifestaba la percepción de un cambio en las propiedades de su quehacer docente en términos de una disminuci n de las condiciones de trabajo. Los docentes mencionaron que entre las responsabilidades más desafiantes estaban su participación en el proceso nacional de evaluación docente y la tarea de planificar las clases bajo las orientaciones de priorización curricular del Ministerio de educación. Al respecto, advertían un desequilibrio entre la cantidad de clases que debían dictar al volver a clases presenciales -y, por tanto, horas de trabajo lectivo- y las horas que quedaban disponibles para realizar el trabajo no lectivo, no pudiendo cumplir satisfactoriamente con estas últimas. Dado que la evaluación docente es de carácter obligatoria, les requería de una preparación específica para rendirla de forma adecuada. Sin embargo, según la percepci n de los entrevistados, el tiempo necesario de preparación no se estaba entregando de forma suficiente, lo que acarreaba tener que cumplir con horas no remuneradas de trabajo fuera del horario laboral. Por su parte, la priorización curricular les significó tener que generar planificaciones de todas sus clases en base al nuevo modelo, lo que también requirió mayor cantidad de horas de trabajo. Y no hay tiempo. O sea, ¿en qué momento? Estar preocupado de los estudiantes, del informe, que por acá, por allá. Entonces, a nosotros nos llegó un documento, un oficio, a todos los docentes, de que iba a haber un tiempo en el que nosotros íbamos a poder realizar, de manera, no sé. 1 hora, quizás, diarias. O 3 horas semanales, algo así. Para poder preocuparnos de nuestra evaluación docente. Y eso no está dentro de nuestro horario y nosotros, de principio de año, uno hace un horario de “Yo entro a clases a tal hora. Tengo que hacer clases de antes, trabajo administrativo, para preparar material para cierto curso.” Pero no hay algo así como “Ya, este horario va a ser para que se ocupen de hacer su evaluación docente como corresponde”. (Docente 22). 4. Bajo apoyo social de los adultos de la comunidad escolar Finalmente, los docentes percibían un bajo estatus de su profesión en la sociedad, sintiendo que no se les respetaba ni apoyaba lo suficiente, incluso refiriendo eventos de malos tratos a través de violencia física y verbal por parte de algunos apoderados. Con respecto a estos malos tratos, expresaron particularmente falta de apoyo de los directores de los establecimientos, que no consideraban medidas de protección ni contención, teniendo que resistir estas situaciones de forma aislada. “Porque… Es que a los docentes se les mira muy, acá en Chile, hace un par de años… Se mira de muy bajo perfil. No se le respeta, ni de parte del estudiante, ni del apoderado, y eso también nos afecta. Es cosa de mirar las noticias, como te digo. Así, de repente:” Apoderado llega y le pega a un profesor.” o “El estudiante llega y le pega un profesor.”, y no se hace nada”. (Docente 22) Los entrevistados detallan un aumento de los malos tratos en el periodo de postpandemia, los que habían ido escalando en gravedad y también expandiendo su ocurrencia a nivel nacional en los establecimientos educacionales públicos, siendo parte de la nueva realidad de los docentes.
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=